Escuchando las palabras de Vanesa, Santiago se apresuró a levantar para acudir a casa de Vanesa.
Apeas salió de la oficina, se encontró con Alexander.
—¿A dónde vas? —preguntó Alexander en un tono asombrado.
Luego vendrían los de la familia Merazo para la solución del escándalo, y no podía estar ausente Santiago.
—Madre se fue a la casa de Vanesa, y las dos están ahora peleando —dijo Santiago suspirando.
—¡Qué locura está haciendo? —dijo Alexander sorprendido.
—Voy para allá para ver qué pasó entre ellas —dijo Santiago.
—Voy contigo —dijo Alexander.
Con lo caprichosa que era Erika, Santiago no era capaz de contenerla por sí solo. Entonces los dos se fueron precipitados a la casa de Vanesa.
Cuando llegó ahí, la pelea ya terminó.
Mientras Vanesa estaba sentada al sofá viendo la televisión, Erika se rompió en sollozos.
Apenas los vio entrar a Santiago y Alexander, volvió a llorar en un tono aún más emocionado.
—¿Por qué llegáis tan tarde que casi me mató tal zorra —dijo Erika temblando.
Vanesa la miró con un rostro feroz y Erika se quedó de repente callada.
Alexander sabía claro cómo era Erika, la miró suspirando largo y profundo, volvió a mirar a Vanesa, quien estaba desordenada con el cabello suelto al lado de dos hombros.
—¿Qué pasó? Vanesa —dijo Alexander en un tono suave.
Ni siquiera lo miró Vanesa, dijo en un tono frío,
—Pregúntale a ella.
Erika se mantuvo callada con las lágrimas brotando de los ojos.
—Mamá, ¿qué haces por aquí? —preguntó Santiago.
Se quedó de repente Erika sorprendida, bajó sus miradas y seguía llorando.
—¡No llores! Cuéntanos lo que pasó —dijo Alexander con cierta impaciencia.
Escuchando sus palabras, Erika dejó de llorar.
—¿Qué haces por aquí? —repitió Santiago.
—Pues vine aquí para rogarle a ella que hiciera una declaración para explicar lo del Internet —murmuró Erika.copy right hot novel pub