—Señora —Vanesa caminó rápidamente, y cuando bajó, la señora Diana caminó hacia la puerta, y Vanesa fue a abrir la puerta.
—¿Ya no me llamas abuela? —la señora Diana sonría.
—Pase —Vanesa sonrió.
La sirvienta ayudó a la señora Diana a entrar, ella no había estado aquí.
—La decoración es linda —De pie en la sala de estar, miró a su alrededor.
—Santiago hizo la mayoría de las decoraciones, pero no siento que cumpla con mis requisitos, así que cambié algunas —Vanesa dijo.
—¿Quiere tomar alguna?—Vanesa le dejó a la señora Diana que se sentara en el sofá. Ella pensó por un momento y dijo.
—La bebida está bien. En realidad no las he bebido en mucho tiempo. Recuerdo que cuando era joven, me gustaba beber esas cosas coloridas —La señora Diana se rió.
Pero sus familiares no lo permitieron, así que no bebió en absoluto.
—¿Qué tipo de sabor es este? No he visto estas cosas en mucho tiempo. No sé si el embalaje original se cambió a este —Vanesa se apresuró a la nevera y le llevó dos botellas de bebidas a la señora Diana. La señora Diana las tomó en su mano y las miró.
—Sabor a naranja, aquí hay un sabor a uva, ¿cuál le gusta? —se la entregó Vanesa.
—Sabor a naranja, me gusta comer las naranjas.
—Abuela, esto es algo que usted me dio antes. Lo pensé. No puedo acepto esto. Quería devolverlo a Santiago. Pero nunca encontré una oportunidad. Ahora que usted está aquí, creo que debería devolverle esta cosa —Vanesa miró a la señora Diana, luego trajo una caja de un lado y dijo con cuidado.
Lo que le dio a la señora Diana fue el colgante de jade que la señora Diana le había dado la última vez.
—¿Malentendiste algo? Estoy aquí, no para esto —La señora Diana miró la caja de terciopelo, y pasó un rato antes de que ella hablara.
—Lo sé –dijo Vanesa—. Vino a agradecerme por haber ayudado a Santiago, ¿verdad? No hace falta. Después de este asunto, puedo relajarme. En realidad me estoy ayudando a mí misma.
La confesión de Vanesa hizo que la señora Diana se sintiera aliviada.
—De todos modos, nuestra familia Icaza te debe —Tomó la mano de Vanesa, la colocó en su palma y suspiró suavemente.
—No, no me debéis nada, al contrario, me disteis muchas cosas —Vanesa se rió.copy right hot novel pub