Vanesa se rio ya que Stefano habló de una manera muy interesante. ──Vale. Tienes razón.
A Vanesa no le interesaba nada Erika, solo porque esta mujer le había buscado tantos problemas en el pasado. Entonces, aunque dijo a sí misma que ya no tenía ninguna relación con ella, todavía no podía controlarse de destapar sus secretos.
Entonces dijo
── ¿Puedes investigarlo? Quiero saber a quién visitó en el hospital.
Stefano se rio a carcajadas
── Jajaja, ¿ya ves? Tú y yo somos un tipo. Tranquila, he mandado a alguien que lo investigara. Yo también tengo la curiosidad de saberlo como tú.
Vanesa dijo sonriente
──Vale, vale. Espero tu noticia.
Stefano todavía quería hablar de lo que pasó a la familia Covarrubis. Sintió que mandar a Facundo al hospital era como si triunfó en una batalla, por lo que no dejó de hablando de eso.
Vanesa no quería interrumpirlo, sino que dejó el móvil a un lado mientras que cocinaba y le respondió de vez en cuando.
Stefano dijo un buen rato y luego no sabía cómo seguir el tema, entonces le preguntó qué estaba haciendo.
Vanesa respondió con una voz perezosa
──Cocino. ¿No has oído el sonido de las aguas?
Stefano hizo una pausa
──Prepárate más comida. Ahora mismo voy a tu casa.
No dejó tiempo para que ella le rechazara, colgó el teléfono. Vanesa abrió los ojos en blanco, siguió cocinando. Sin embargo, antes de venir Stefano, vino Santiago. Vanesa vio de reojo que vino alguien en la sala, creyendo que era Stefano y dijo
──Espera en el comedor. Estará lista la comida.
Santiago se le acercó, apoyando en el portal
── ¿Ya sabes que vengo?
Vanesa se estremeció de horror, volvió la cabeza para mirar a Santiago
──¿Eres tú?
Santiago retiró la sonrisa en su cara
──¿No me esperas a mí? Entonces, ¿a quién estás esperando?
Vanesa no quería hablar más con él
──¿Por qué vienes a mi casa? ¿Hay algo para decirme? Dime y luego vete.
Santiago se abrazó los hombros, sintiendo que era un poco sin vergüenza. Nunca había sido así, siempre muy indiferente y los demás quienes le adulaban. Fue la primera vez que se portó así, sin embargo, maltratado.
Santiago dijo lo que pensaba
──Vine solo para verte. Nada más.
Vanesa se rio
── ¿Para verme? ¿Soy tan guapa?
Santiago suspiró e hizo eco de sus palabras
──Sí.
Cuando no la vio Santiago, sintió que su corazón fue agarrado por alguien, por Vanesa, así que vino a verla.
Pero ahora ya la vio, como si una piedra hubiera caído en su corazón, pero la mirada de mujer era tan indiferente, lo que le hizo aún más molesto. No le gustaba esta mirada. Esta mujer debía ser como lo anterior, muy alegre y feliz al verlo.
Vanesa se llevó la comida al comedor y la puso en la mesa mientras que Santiago, a un lado, la observaba haciendo todo. Esta escena le dio una sensación del otro día de su divorcio.copy right hot novel pub