Vanesa durmió hasta la tarde, cuando se despertó, abriendo los ojos aturdida pero recordando cómo había regresado.
Después de mirar al techo durante un rato, oyó voces en el patio, ya que la ventana estaba abierta y era la voz de Santiago.
Vanesa no se levantó y siguió tumbada en la cama, pero Santiago estaba hablando por teléfono con alguien del trabajo.
Vanesa no pudo entenderlo ni le interesó.
Respiró profundamente y cogió su móvil para comprobar los resultados del análisis de sangre.
Pero los resultados aún no estaban disponibles, ya que todavía no había llegado el momento.
En realidad Vanesano sabía qué resultado quería.
De repente, sonó el móvil que tenía en la mano.
Era un número desconocido, pero la atribución era la misma que la de la mujer.
Debe ser la mujer que se enteró de que había sido bloqueada por Vanesa y la llamó desde otro número.
Vanesa hizo una mueca y tiró el móvil sobre la cama.
Se levantó, fue al baño, se lavó la cara y bajó las escaleras.
Santiago había vuelto al salón después de la llamada y estaba mirando sus papeles.
—¿Cómo estás? —Al ver a Vanesa se acercó.
—Estoy bien —dijo Vanesa con una sonrisa.
No estaba mal, sólo tenía sueño, tanto que no podía mantener los ojos abiertos.
Santiago le tocó la frente,
—Eso es bueno.
Se acercó a la mesa de café y tomó un líquido oral,
—Esto es para ti, te ayudará a recuperarte.
—No hace falta que me cuides tanto —Vanesa miró lo que sostenía Santiago y dijo.
Santiago hizo como si no hubiera oído a Vanesa, y no le importó lo más mínimo. Tenía claro que Vanesa estaba tratando de distanciarse de él.
—Pero le prometí al abuelo que cuidaría de ti.
Vanesa estaba desconcertada por la constante mención de Santiago a Enrique, pero no replicó, así que tomando el líquido oral de la mano de Santiago.
Sabía que, efectivamente, había estado muy débil últimamente, aunque parecía muy enérgica.
Vanesa terminó el líquido oral y Santiago le dijo inmediatamente, —¿Tienes hambre? ¿Quieres un poco de sopa? Aún está caliente.copy right hot novel pub