—No es seguro que salgas sola siendo una chica —dijo Santiago.
—Santiago, tengo mis propias consideraciones y tengo algunas cosas que atender.
Santiago se encontró con una cara seria mirando a Vanesa, esta expresión de alguna manera fue defraudada o descartada.
Así lo explicó Vanesa:
—Quiero volver a presentar mis respetos a mi abuelo, hace mucho tiempo que no visito su tumba, mi abuelo es la única familia que tengo.
Al escuchar a Vanesa decir esto, Santiago pareció aliviado.
—Iré contigo.
—No, volveré por mi cuenta. Puede que necesitemos fingir cuando tratamos con los vivos, pero con los que han fallecido, no veo la necesidad de hacerlo.
—No digo esto para montar un espectáculo.
Vanesa se apresuró a asentir y dijo:
—Sé lo que quieres decir, pero quiero volver sola. Si vas a ese pueblo, la gente de allí se acercará a ver cómo eres y la verdad es que no sé cómo presentarte a ellos... No me metas en líos, no quiero meterme en más cosas.
Era una rara ocasión en la que Vanesa podía hablar con Santiago tan tranquilamente, y esta actitud era mucho mejor que la anterior, así que Santiago no dijo nada más.
Vanesa continuó:
—De hecho, está bien que no te hable de esto, pero como quiero que me ayudes a cuidar las flores en casa, están todas pagadas, y se me romperá el corazón cuando mueran.
Tras decir esto, sonrió.
—En realidad, está bien si dejo que Adam haga esto, pero si hablo con Adam, supongo que terminarás haciendo todo esto, así que es mejor hablar contigo directamente.
Santiago sintió que Vanesa estaba demasiado tranquila ahora.
Santiago dijo con un suspiro:
—No me siento seguro con que vayas a casa sola, ¿por qué no busco a alguien que te acompañe? ¿Tienes un lugar para quedarte allí? Me gustaría enviar a alguien a ayudarte.
Vanesa sacudió la cabeza y dijo:
—No, es un pueblo muy pequeño y todos nos conocemos, puedo quedarme a dormir en casa de alguien, me ayudarán con esos pequeños favores, son muy acogedores.
Sabiendo que Vanesa ya había tomado una decisión, Santiago sólo podía estar de acuerdo.
—De acuerdo, pero probablemente te llamaré todos los días, y debes responder a mis llamadas, ¿de acuerdo?
—Sí...
En ese momento llegaron los gritos desordenados de Stefano.copy right hot novel pub