Santiago se revolcó dos veces en la cama de Vanesa y se quedó dormido también.
Estaba claro que ni siquiera había escuchado las palabras que Vanesa acababa de preguntar.
Olvídalo.
Fue al baño y sacó una toalla, limpió la cara y las manos de Santiago y luego ayudó a quitarse el abrigo.
Santiago, aunque borracho, fue bastante obediente y cooperó quitándose toda la ropa.
Vanesa tiró de la colcha y lo tapó, y luego fue ella misma a la habitación de Santiago.
Estaba realmente cansada y se durmió a los pocos minutos de acostarse. Era casi el amanecer cuando Vanesa se despertó por el sonido de la puerta al abrirse.
Abriendo los ojos, Santiago abrió la puerta justo a tiempo para entrar. Vanesa sabía lo que iba a hacer, así que se dio la vuelta y le dio la espalda a Santiago.
—Eres tan molesto.
Santiago se rió y se acercó a abrazar a Vanesa por la espalda.
—No puedo dormir sin ti a mi lado.
Vanesa no le contestó y al cabo de un rato volvió a quedarse dormida.
Vanesa durmió hasta el mediodía y no sabía cuándo salía Santiago.
Salió de su habitación tras volver a asearse, cuando oyó la voz de Erika en el piso de abajo.
—Sí, ponlo de este lado, si no es fácil que se resbale, y de este lado también, sí, y de este lado...
Vanesa se apresuró a llegar a la escalera y miró a Erika.
Pero aparte de Erika, había otras personas que parecían estar poniendo la alfombra del salón. También se han colocado alfombras antideslizantes en la parte de la cocina.
Vanesa se quedó mirando, Erika se cruzó de brazos, como si hubiera visto a su anterior anfitriona en la casa de Icaza.copy right hot novel pub