Eustacio no preguntó lo que Lidia y Santiago habían dicho fuera, sólo asintió:
—Hablaremos en el despacho.
Lidia le siguió de nuevo al despacho.
Eustacio se acercó y se sentó en una silla y miró a Lidia:
—Sé que estás triste, no hace falta que te hagas la fuerte delante de mí.
Lidia podría habérselo negado su tristeza a cualquier otra persona, pero delante de Eustacio, todas sus pretensiones desaparecieron.
Los ojos de Lidia estallaron en lágrimas y agachó la cabeza.
—¿Por qué tan difícil? Es la primera vez que quiero a alguien.
Eustacio suspiró.
—Creo que aún hay esperanza para ti.
Lidia negó suavemente con la cabeza:
—Abuelo, Vanesa y Santiago están muy unidos ahora, los vi salir juntos, junto con Erika, además ahora Vanesa está embarazada.
La expresión de Eustacio no había cambiado nada.
—Antes no te dabas por vencida tan fácilmente, antes dijiste que te gustaba Santiago y que harías cualquier cosa por estar con él, ¿no es así como te sientes ahora?
Lidia miró hacia arriba, a Eustacio, con lágrimas que no pudo contener.
Ella dudó un poco:
—Sí, todavía me gusta.
Eustacio asintió con la cabeza.
—Así de simple, no eres una persona que admita fácilmente la derrota, te gusta, ve a por ello, todos en casa te apoyan, ahora esas dos personas no ha planeado casarse y sólo tienen un hijo no nacido de por medio actualmente, nada más, estás perfectamente bien, ¿lo entiendes?
Lidia, algo aturdida, miró a Eustacio, cuyo rostro estaba tranquilo. Era como si ninguna de esas palabras idiotas hubiera salido de su boca.
Lidia frunció los labios:
—Abuelo, tengo un poco de miedo.
Eustacio no se asustó, Eustacio no se lo tomó para nada en serio, habló de forma seria:
—Está bien Lidia, no tienes nada de qué preocuparte, si no fuera por esa Vanesa en primer lugar, tú y Santiago estarían juntos hace mucho tiempo, y Vanesa no es ninguna inocente.
Lidia recordó inmediatamente que Santiago había acudido a su casa para retirarse del matrimonio. Solo falta un pequeño paso, se habrían casado.
Lidia asintió lentamente:
—Sí, si no fuera por Vanesa, Santiago y yo seríamos felices ahora.
Un año de trabajo, y si hubiera sido con Santiago, probablemente ya habría tenido un hijo.copy right hot novel pub