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¡Jefe, pronto seremos tres!

Capítulo 97 Owen Kewlyn (Viernes)

–Voy a ser padre – me corrijo – vamos a ser padres.

–Esto hay que celebrarlo, decirle a los demás.

La emoción se les escucha en las palabras, pero yo no estoy preparado para soltarla y correr a casa de mis padres, la llenaran de apapachos y hoy solo quiero hacerlo yo, sé que estoy siendo egoísta, pero la quiero solo para mí el día de hoy.

–Mañana, tal vez, hoy disfrutémoslo los dos.

No quiero que me la arrebaten. Tomo sus labios como un hambriento, porque ella es el único sabor que puede calmar mi apetito. La devoro, me devora y somos un par de caníbales comiéndonos los labios. Durante varios minutos éramos solo ella y yo. Así la quería tener por el resto de nuestras vidas. Que nadie interfiriera en nuestra felicidad.

Seguimos el beso y ninguno de los lo quería terminar, éramos insaciables, nuestra respiración recuperó la normalidad. Cuando abrí los ojos, la vi de pie frente a mí aun con los ojos cerrados, agarrada fuertemente a mi cintura, con la frente perlada de sudor. Mi erección presionaba la bragueta. Estaba excitado, necesitaba tenerla para mí. Podría mandar todas las citas al cuerno y llevarla a casa para demostrarle cuanto la amaba. Mis manos hambrientas no querían dejar de tocarla. Pasaba mis manos repetidas veces por su espalda.

–Te necesito – murmuré.

–Y yo a ti.

Este es el momento que siempre había esperado y creo que tendremos que esperar por lo menos pasadas las cinco de la tarde. De alguna manera, el viento sopló a nuestro favor y las horas se fueron pasando con rapidez y de manera irrealista, aunque estaba poniendo atención a todo lo que me dijeran, mi mente seguía repitiendo mi pronta paternidad, estaba volando sobre nubes de algodón, la felicidad no cavia en mi cuerpo, a la hora de la salida me incliné por llenar una forma para que Olivia saliera dos horas antes del horario reglamentario. Mando el permiso y me voy a buscarla.

–Ya mandé el permiso, ¿estás lista para irnos?

–Sí.

Llegamos al ascensor y presiono el botón del estacionamiento. Salimos tomados de las manos, le abro la puerta del copiloto y espero a que se siente y se coloque el cinturón de seguridad, cierro la puerta y me encamino al lugar del piloto, me siento al frente del volante, le tomo la mano izquierda y beso el dedo donde tiene el anillo. Todo el fin de semana la consentiría, la llenaría de mimos y la haría mía con toda la delicadeza del mundo.copy right hot novel pub

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