Modo oscuro
Idioma arrow_icon

La Belleza Está En El Alma

El prisionero

Después de que Joe se fue, Lucrecia se quedó pensando en él. Cuando dijo que se enamoraría de él sonó tan lleno de confianza, y ahora que lo recordaba sólo podía sonreír.

- Es tan lindo, sólo espero que no lo haga por las razones equivocadas.

Después de unos momentos, volvieron a tocar la puerta, pero esta vez era Luciana, esa chica tan linda a la que quería más que a varias de sus verdaderas hermanas.

- ¿Estás bien Lu?

- Estoy bien, lamento haberme perdido buena parte de la fiesta.

- Eso no importa, que estés bien es lo primero.

- Perdón por preocuparte.

- ¿Joe fue bueno contigo?

- Sí, fue bueno conmigo -dijo Lucrecia riéndose con Luciana-, incluso me pidió que nos casemos.

- ¿Serás mi hermana de verdad? -había tanta alegría en el rostro de la joven, que Lucrecia sintió un poco de culpa.

- Le dije que no.

- Ah, ¿es porque no te gusta lo suficiente?

- Me gusta, es guapo y parece un buen hombre. Pero nunca he pensado en casarme, y se me llegara a casar, sería por un verdadero amor y no un gusto superficial.

- Comprendo.

- Y hablando de boda, que hay de la tuya.

- ¡Ah! Ya hablé con Xander, será dentro de poco tiempo, el primer día de la Floración.

- Aún faltan unos cuantos meses, pero supongo que es el suficiente tiempo para planear una boda.

- Si, debo encargar un buen vestido.

- Serás la novia más hermosa -Lucrecia tomó un mechón de cabello de la joven, era realmente una buena persona esa niña.

Mientras la habitación tenía una charla alegre, gritos de desesperación resonaban en una oscura celda dentro de los terrenos de la mansión.

- Por favor, déjenme salir, ¿hay alguien ahí?

Nadie había ido a verlo desde que el general se fue, sólo se había quedado su guardia, pero eso no era ningún consuelo, pues se había dedicado a torturarlo por horas clavando agujas entre la carne y las uñas de sus manos y pies, incluso en ese momento aún las tenía clavadas.

Media hora después de desmayarse por el dolor, unos pasos que hacían eco en las paredes despertaron al prisionero, ¿cuántas personas eran? ¿dos o tres? ¿cuánto tiempo llevaba ahí? Prefería que lo hubieran llevado a una prisión normal, de esa manera su padre podría comprar su libertad.

Estaba furioso, sólo quería acostarse con esa mujer, ¿era necesario que lo trataran así? Sin darse cuenta soltó un suspiro, pero oír una voz fría que le respondía, le helo la sangre y lo puso en alerta.

- Si tienes animos para suspirar, debemos de estar tratandote realmente bien -cuando el prisionero levantó la cabeza, no pudo reconocer al hombre al principio, pero luego se dió cuenta de que era el ministro.

- Ministro, por favor, se que he cometido un crimen, lleveme ante la justicia y pagaré por mis crimines.

- ¿Crees que soy idiota? -Xander rió con burla- Se que tu padre es un corrupto, también sé que te compró un lugar durante el examen real para funcionarios públicos, se también que te has aprovechado de tu puesto. Es lógico lo que pasará si te dejamos salir así.copy right hot novel pub

Comentar / Informar problema del sitio