Shen y yo elegimos nuestro camino a lo largo del estrecho camino que conducía hasta la zona donde Elsa se había encontrado con Bruce. No teníamos ni idea de lo que le había pasado a Elsa. No se había marchado y sus cosas aún estaban en su habitación. Acordamos que, dondequiera que estuviera, probablemente estaba bien. Ella había expresado la necesidad de ser mimada. Tal vez había decidido tomarse la noche libre e ir a un spa. Cualquiera que sea la razón de su ausencia, decidimos simplemente dejarla por la noche y continuar la búsqueda por nuestra cuenta. Shen todavía tenía la poción de repuesto que le había dado la primera noche que comenzamos la cacería. Así que, si lo encontramos, estábamos preparados. Esperábamos que el único vil fuera suficiente. Hubiera sido mejor tener a la vil de Elsa también, pero no teníamos forma de entrar en su habitación y, si lo hiciéramos, no teníamos idea de dónde la había escondido de miradas indiscretas.
Volviendo a la escena de la muerte de Nandru creó una montaña rusa emocional para mí. La evidencia de la pelea entre mi primo y el vampiro estaba en todas partes. Las rocas estaban engobadas, las impresiones corporales aún permanecían en el suelo y los restos triturados del atuendo de Nandru yacían esparcidos.
"¿Estás preocupado?" Shen preguntó mientras me miraba con preocupación.
"¿No es así?" Pregunté.
—Un poco —respondió—. "Tengo la incompreja de que cuanto más tiempo permanezca hombre lobo, más difícil será para él recordar su vida humana... o amigos."
"Estaba pensando lo mismo", le dije. Miré a Shen con ojos preocupados. "¿Crees que nos recordará?"
"No lo sé", dijo, "pero, espero que sí."
El sonido de las rocas que se mueven profundamente dentro de la grieta de la ladera de la montaña nos llamó la atención. Seguimos su dirección y pronto nos encontramos en una caverna fresca y acogedora escondida dentro de la montaña. La refrescante frescura del aire y el inesperado descubrimiento de agua limpia y corriente elevan considerablemente nuestros espíritus. Nos permitimos un poco de nuestro precioso tiempo para saborear el momento antes de seguir adelante.
El sol se había puesto y Bruce volvería a estar en forma de hombre lobo. Cada vez que se metamorfoseaba en un hombre lobo estaba un paso más cerca de solidificar su condición. Necesitábamos encontrarlo de inmediato, así que no podíamos quedarnos mucho tiempo.
Si nos reconoció o no no nos fue el único dilema a enfrentar una vez que lo encontramos. Aunque teníamos la poción, nunca le habíamos preguntado a Elsa cómo bajarla. No teníamos ni idea de qué hacer cuando llegara el momento.
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Dragomir se acercó a la ladera de la montaña con Louis y sus dos guardias más confiables cerca detrás. Había dejado a Osip a cargo de la guarida hasta nuevo aviso. Esta era una responsabilidad inusual para designar a un vampiro tan joven, pero Dragomir no encontró a nadie más en la guarida que parecía capaz de la tarea. Esperemos que la mentoría consistente que había estado proporcionando haya creado una base lo suficientemente sólida para que Osip trabaje.
Llegaron al lugar donde tuvo lugar la batalla entre Nandru y Bruce y buscaron señales de lo que le había sucedido a Nandru. Piezas de material desmenuzadas que Louis reconoció como la camisa de seda de Nandru les dijo todo lo que necesitaban saber. Se confirmó. Nandru estaba muerto.
Antes de que pudieran volver a la guarida y llorar la pérdida de su líder, necesitaban cazar al hombre lobo y destruirlo para que no pudiera destruir más de ellos. Conocer la raza de hombre lobo contra el que se enfrentaban hacía demasiado peligroso para separarse y arriesgarse a encontrarse con él uno contra uno, por lo que se movieron juntos como un paquete de punto apretado.
Aunque no podían oler al hombre lobo en su entorno inmediato, sí reconocieron el olor de la sangre humana fresca. Esta sangre todavía bombeaba a través de las venas de un humano vivo. La fuerza del olor los llevó a creer que había más de uno.
Qué bendición poder tener su alimento nocturno mientras caza el hombre lobo. ¡Esto fue una ventaja inesperada que se encontró dentro de las entrañas de una montaña remota y desolada!
El olor humano los llevó a través de la gran grieta entre las rocas y la apertura de una cueva. Una vez dentro de la cueva, se tomaron un minuto para permitir que su visión se aclimate a la oscuridad y avanzaran. Olían el aire a medida que se dirigían más profundamente en el interior de la montaña. No les hizo mucho tiempo localizar a Elsa y Tatyana sentados a lo largo del borde de la piscina. Elsa se había torcido el tobillo y lo estaba empapando para aliviar la hinchazón.
Preparado para la cruda oscuridad del interior de la cueva, Tatyana había traído varias linternas pequeñas y las había puesto alrededor. Su cálido resplandor le dio a la cueva una sensación amistosa y mística.
"Bueno, bueno. ¿A quién tenemos aquí?" Dragomir preguntó con una sonrisa mientras se dirigía por el camino empinado hacia las dos mujeres.
Sorprendido, Tatyana saltó a sus pies. Lo último que esperaba encontrar dentro de la caverna era un grupo de vampiros. Ella no reconoció al que estaba hablando, pero sí reconoció a Louis y sus guardias. Más profundamente en el agua, Tatyana tiró de Elsa a sus pies y le rogó que siguiera. Elsa hizo todo lo posible para ignorar el dolor, ya que rápida y cuidadosamente escogió su camino sobre el fondo rocoso.
La tenue iluminación proyecta sombras a través de los rostros de los vampiros, haciéndoles parecer aún más premonitorios de lo que ya eran.
"Señoras... Señoras. ¿Adónde vas?" Dragomir se rió. "Ahora no es el momento de nadar."
"¿Quién eres?" Tatyana escupió.
"¿Quieres decir que me has olvidado ya, querido niño?", Dijo con consternación simulada. "Nos conocimos en el nacimiento de tu hermano pequeño. Me paré junto al lecho de muerte de tu madre. Soy Dragomir, un muy buen amigo de su hermano, Osip.
Tatyana jadeó. Después de echar un vistazo más de cerca, de hecho recordó a este vampiro. Era hijo del conde Drácula, el rey de los vampiros. Agarró el brazo de Elsa tan fuerte que Elsa no pudo evitar el guiño.
—Creo que conoces a mis compañeros —continuó Dragomir—.
Le arrastró el brazo hacia los guardias que estaban detrás de él, sonriendo.
—Nos hemos conocido —escupió Tatyana—.
Su acento ruso era fuerte y grueso. Esto era algo que ocurría cada vez que estaba gravemente molesta o asustada.
"Ah... Sí", dijo Dragomir. Se acercó al borde de la piscina, haciendo que las mujeres se moviera más hacia su centro. Tatyana se acostó firmemente sobre Elsa para evitar que tropiezo. "Usted es consciente de que Nandru ya no está con nosotros, sin duda?"
"Sospeché tanto, pero no estaba segura", mintió Tatyana.
—Sí —continuó Dragomir mientras ignoraba su mentira obvia. "Es cierto." Hizo clic en su lengua y negó con la cabeza. "Era un buen vampiro y un gran líder. Se le echará de menos.
Louis hizo todo lo posible para mantener su compostura mientras escuchaba las dramáticas mentiras de Dragomir. No era ningún secreto que se había resentido y en realidad estaba celoso de Nandru y su relación con Drácula. Se preguntó si las mujeres podían ver a través de su falsedad. Realmente no importaba. Lo que importaba ahora era que estaba extremadamente hambriento y deseoso de alimentarse y que estaba delante de él dos especímenes muy sanos de los que alimentarse. Como estaban en el interior de la montaña con su descubrimiento improbable, esperaba que Dragomir le diera permiso para alimentarse, alimentarse y alimentarse hasta que los humanos no tuvieran más sangre que dar. Era muy improbable, ya que no deberían ser demasiado lentos con vientres llenos cuando lucharon contra el hombre lobo, pero uno podría esperar... uno podría soñar.
Tanto Tatyana como Elsa se dieron cuenta de los pensamientos de Louis al mismo tiempo y se acercaron el uno al otro.
"¡Vuelve vampiro!" Elsa aullaba.
Dragomir miró a Elsa como si la viera por primera vez.
"Y tú eres..." dijo con un aire de arrogancia.
"¡Tu peor pesadilla si no te retrocedes!" Elsa rugió.
La risa que se despegó de los cuatro vampiros al son de la amenaza de Elsa reverberó las paredes de la caverna, goteando por los estrechos túneles hacia otras partes de la montaña.
—Mi peor pesadilla —reflexionó Dragomir—. "Mi, oh mi... y cómo podría ser eso?"
Elsa se arrepintió de sus palabras tan pronto como salieron de su boca. Sabía que probablemente podría inmovilizar a un vampiro, como si tuviera a Nandru, ¿pero cuatro? Además, incluso si fuera capaz de inmovilizarlos todos a la vez, como su episodio con Nandru demostró, no duraría mucho. Ella respiró profundamente y siguió adelante con su farol de valentía.
"¿Realmente quieres averiguarlo?", Preguntó con vehemente.
Dragomir arrojó la cabeza hacia atrás y rugió de risa en la audacia de esta anciana. En todos los siglos que había estado caminando por el planeta, nunca había conocido a una mujer tan descarada. Su curiosidad estaba definitivamente alcanzada su punto máximo y de hecho quería averiguarlo.
Leyendo sus pensamientos al pasar por su mente, Elsa derramó un conjuro, sin esperar su desafío. Pronto había pronunciado la última palabra cuando el vampiro sorprendido se encontró paralizado del cuello hacia abajo.
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