A Natalia le costó mucho llevarle de vuelta al apartamiento.

Justo después de abrir la ventana para tomar un poco de aire, sonó el teléfono. Era llamada de por Kevin.

Natalia miró con atención a Felipe para asegurarse de que seguía borracho y retomó en voz baja:

—¿No te he dicho que voy a cenar con él esta noche? ¿Por qué me sigues llamando?

—Tengo unos amigos aquí, son todos directores y guionistas, en el Club Dorado —Kevin dijo directamente y con decisión—. Venir o no, depende de ti.

Natalia sabía exactamente lo que quería decir, esta era una oportunidad única y si no acudiera al club, estaría faltando al respeto a Kevin y posiblemente perdería el contrato de KB Entretenimiento...

Llegando a estas alturas, ella ya no podía vacilar.

Tras un breve de pensar, salió del piso con cautela, y si Felipe le preguntaba mañana, le diría que iba al hospital para el examen físico.

Sin embargo, nunca podría haber imaginado que sería captada por las cámaras de los paparazzis cuando entró en el Club Dorado.

Ese tipo reconoció n a Natalia, sabían que era la mujer de Felipe y planeaba chantajearla. Pero sólo consiguió tomar la foto de Natalia entrando en el Club Dorado, no pudo entrar para grabar más.

Unos minutos después, Felipe recibió la foto en su teléfono móvil.

Felipe se despertó en la medianoche sin Natalia en su piso, y frotándose la cabeza, vio la foto.

«¿Qué está haciendo allí a estas horas?»

Felipe llamó a Natalia pero esta no respondió a su llamada. Preocupado de que algo mal pasara a Natalia, condujo directamente hacia allí, sin embargo, una vez dentro, vio a Natalia estaba en los abrazos de un hombre. Los dos estaban muy juntos y lo más importante era que Natalia complaciendo a ese tipo con una sonrisa dulce.

Felipe se quedó a poca distancia, con la cara muy rígida mientras apretaba los puños con fuerza. Siguió a los dos lentamente a escondidas hasta que los vio entrar en una habitación privada.

Al escuchar el portazo y el sonido de las risas que provenían del interior poco después, se quedó totalmente desesperado.

«¿Esta es la mujer que amo tanto? ¡Perra total!»

Golpeó con rabia la puerta.

Natalia sonrió al abrir la puerta y se quedó atónita en un segundo al ver su cara:

—¡Felipe! ¿Cómo es...?

Antes de que las palabras salieran de su boca, Felipe le lanzó una bofetada en la cara.

Estaba súper furioso:

—Perra.copy right hot novel pub