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Mi dulce corazón

Capítulo 46: Hacer una apuesta

¡Nadie había logrado ese resultado en el rallycross de cuatro kilómetros a nivel nacional e internacional!

Las expresiones de todos cambiaron una y otra vez, pero Lucas parecía tranquilo y calmado.

Miró a Cordelia con una cara seria.

—¿Y qué? Si me dices esto solo para que renuncie a esta competición, ¡entonces te voy a dejar claro que es imposible!

Cordelia sonrió.

—¡Me has malinterpretado! No quiero que renuncies. Solo te estoy informando objetivamente que con la capacidad actual del Equipo Caballo es imposible recuperar el puesto de campeón.

—¡Tú!

Los que tenían un mal genio ya estaban por perder los estribos y querían echarla de allí.

Lucas los detuvo.

Miró a Cordelia con sus ojos tranquilos.

—¿Y qué opinas al respecto?

Cordelia sonrió generosamente.

—Puedo ayudarte a ganar el primer puesto.

—¿Qué?

Todos mostraron una expresión de incredulidad.

Cordelia prosiguió.

—Mientras aceptes mi condición, te puedo garantizar que el campeón no va ser otro que el Equipo Caballo.

Lucas se burló.

—Ya entiendo lo que quieres decir, pero lo siento, no estoy interesado en tu propuesta y tampoco confío en tus palabras. Admito que Aitor es un oponente digno, pero tampoco es tan fuerte como para hacerme temerle.

Cordelia quiso decir algo más, pero fue interrumpido por su gesto de levantar la mano.

—Ya es suficiente, puedes salir si ya has terminado con lo que tienes que decir, tengo que prepararme para la carrera.

Cordelia frunció el ceño.

Al ver su mirada decidida, tuvo que irse por el momento.

Pronto empezaron las finales.

Los coches de los cuatro equipos entraron al circuito, sonó el silbato y comenzó la carrera.

Todos los coches salieron disparados como un cohete.

Los miembros del Equipo Caballo habían puesto toda su atención en el coche de su equipo, se podía decir que el ambiente estaba bullicioso.

En ese momento, alguien detrás de él le dio una palmada en el hombro.

El hombre volvió la cabeza y cuando vio a la persona parada detrás de él, inmediatamente frunció el ceño.

—¿Por qué has regresado? ¿Aún no te has ido?

Cordelia sonrió, luego señaló la pantalla colocada sobre la pista y dijo:

—Mira, a tu jefe le han dejado en el tercer lugar. Incluso si pasara esta ronda por pelos, no importa cuánto trabaje en la siguiente ronda, como mucho conseguirá el segundo puesto. Es imposible que gane el primer puesto.copy right hot novel pub

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