Ethan había sido nombrado el nuevo alfa de la manada Luna azul… éste joven resultó ser tan sabio como el antiguo alfa, ganando más respeto de todos los que vivían a su alrededor.
A su lado siempre lo acompañaba su mate, Shery. Éste chica era humana, y aunque el principio había sido difícil para todos aceptarla al final la joven se ganó el respeto de la manada. Y luego de enterarse de la reciente pérdida que tuvo la chica con su hermana, la situación logro ablandar un poco los corazón de los lobos.
Esa noche Ethan cerraba la puerta del antiguo despacho de su padre, se frotó el puente de la nariz ya que se encontraba bastante agotado. Desde su nombramiento los días eran duros, y mas que nada lo que hacía era trabajar.
A duras penas y lograba transformarse en Dom para ejercitarse y correr por los alrededores. Camino por el desolado pasillo hacia su habitación. En cuanto abrió la puerta lo primero que ve es una hermosa figura femenina sobre la cama.
Se acercó a la cama lentamente admirando las cuevas de Shery, aún no se habían casado. Pero esa situación cambiaría pronto, ya que le tenía una sorpresa a la castaña.
Al llegar hasta la cama, lo primero que toca es el vientre semi abultado de su chica. Llevaba 5 meses de embarazo y ya tenía una enorme barriga. Ethan sonrió, su bebé crecía dentro de ella. Era la sensación más bonita que podía sentir.
En cuanto la chica sintió que alguien la tocaba se despertó de golpe. Ethan conocía sus temores y traumas, a pesar del tiempo Shery tenía pesadillas horribles de su pasado. Y por las noches cuando llegaba a la habitación y la abrazaba mientras dormía ella se asustaba. Casi siempre evitaba tocarla mientras dormía.
Pero a veces, le era imposible no querer acariciar esa barriga.
—¡Soy yo amor! No temas. Le dice sentándose a su lado.
—Ethan, me has dado un susto de muerte.
—¡Lo siento amor! ¿Estás bien?
—Si. Respondió con voz poco audible.
Se volvió a tumbar en la cama y este hizo lo propio a su lado. Dejando la mano sobre su vientre.
—¡Que grande esta! Le dice el.
—Ya no me deja hacer nada… está sonríe.
—No necesitas hacer nada, solo descansar.
Se acurrucaron más en la cama, Ethan se llenaba del aroma de su mate, uno que ahora era dobe. Ya que su bebé, ocasionaba que el olor de Shery oliera diferente de vez en cuando.
—Amor…
—Dime. Susurro ella.
—Ya todo está listo para la ceremonia, podemos casarnos en una semana.
La castaña se volteó tan rápido que el lobo pensó que dañaría al bebé.
—¿En serio? Pregunto casi que sentandose.
—Si. Éste sonríe por la emoción de ella.
—¡Ethan! ¿Porque no me habías dicho nada?
—No quería que te estresaras con todo, así que le delegué todo a Megan. E hizo un maravilloso trabajo amor.
—¡Esa Megan! Amusgo los ojos.
—Ella estuvo de acuerdo con que no hicieras nada, ya sabes cómo está con lo de su sobrino.
—Pero yo quería ayudar. Responde haciendo un puchero.
Éste acaricia su mejilla con ternura , luego enrreda sus dedos en los desordenados cabellos de la castaña. Como afuera hacia tanto frío, las mejillas de Shery estaban sonrojadas.
Pensó que necesitaba un poco de calor…
Así que la tomo por el cuello acercando sus labios a los de él. Su chica acepto el beso gustosa subiéndose a horcajadas sobre su pareja. La barriga no resultó ser un inconveniente para los chicos, se acomodaron a la perfección.
Inmediatamente Ethan saco la blusa por la cabeza liberando sus senos, unos ya muy crecidos por su estado. De inmediato se llevó uno a la boca arrancando un gemido placentero de los labios de Shery.
Deslizo las manos por las curvas redondeadas de ella, hasta coronar sus nalgas. Emprendió la tarea de bajarle pijama de algodón, en cuanto tuvo éxito llevo directamente una mano a su monte venus.
Ella torció su espalda hacia atrás ante el contacto, con el tiempo Shery había perdido la pena para con él. Y desde entonces se había vuelto más entregada.
—¡Ah, Ethan! Gime.
—Lo se amor…
El chico afloja sus pantalones y con ayuda de ella se los baja hasta las rodillas. Shery se acomoda encima del miembro de Ethan y con la mano lo toma para conducirlo poco a poco en su interior.
—Despacio amor… le exige su pareja.
Cuando al fin su cuerpo es invadido, ella empieza a cabalgar a su lobo lentamente. Llenándose de él, tomando todo él.
Gemía sin parar, y al sentir las manos de él sobre sus pronunciadas caderas aumento el ritmo de los movimientos.copy right hot novel pub