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Mi pretendiente es mi EX-MARIDO

Capítulo 151: ¿Te hace falta hablarme de esa forma?

Doria sabía la razón cuando la vio así. Sin duda había sido ordenada por ese cabbrón.

Ella dijo, —Déjalo, gracias

Se volvió a tumbar y cerró los ojos.

Fuera de la habitación, Vicente preguntó, —Gerente Édgar, ¿no va a entrar?

Édgar desvió la mirada y dijo con tono frío, —Para qué voy a entrar, ¿para escuchar que me habla mal?

Vicente respondió en voz baja, —La señora solo está enfadada, cuando se recupere y se encuentre mejor, entonces…

Édgar lo interrumpo y dijo, —Quién ha venido hoy.

—El señor Saúl y la leñorita Briana, pero no han podido entrar.

Desde que Doria salió de la sala de quirófano, Édgar había mandó a gente para vigilar este hospital, por eso nadie de la familia Santángel podía entrar.

Saúl se enfadó bastante cuando no le dejaron entrar, pero como había tanta gente en el hospital, no podía mostrarlo, solo tuvo que aguantarse y volver.

Édgar estaba sentado en la silla que había fuera de la habitación, y dijo suavemente, —Ahora misma él seguramente estaría ansioso por saber la situación de Doria.

—No se preocupe gerente Édgar, ya lo he solucionado.

Sin embargo, Édgar dijo, —Dile el mensaje, así lo desesperará de nuevo.

—De acuerdo.

Pero según el carácter dudoso de Saúl, era difícil que se lo creyera. Así que necesitaban prepararlo bien.

Nada más se marchó Vicente, Édgar recibió una llamada de su ayudante, —Gerente Édgar, alguien ha entrado…

Él no parecía sorprendido, —Vale.

Colgó la llamada y escuchó pasos apresurados que venían del pasillo. Enseguida, apareció Abraham ante él.

Abraham se lanzó cuando lo vio y, con los ojos enrojecidos, le dio un puñetazo en la cara, —Édgar Santángel, ¡¿así es como la cuidas?!

En el rostro de Édgar no se podía ver ninguna expresión, solo levantó el brazo para limpiarse la sangre de la bosa, levantó la mirada y dijo, —Tú tampoco eres mucho mejor que yo.

Abraham hizo muecas, —Cierto, no soy mucho mejor que tú, si yo me hubiera preocupado un poco más por ella, tampoco acabaría casándose contigo, ¡y menos sufriría de esta manera!

Claudia, que iba por detrás, finalmente pudo alcanzarlo y enseguida sintió dolor de cabeza.

Ella aconsejó en voz baja, —¿Podéis ir a otra parte? Ella lo escuchará desde dentro.

Abraham recuperó un poco la tranquilidad y lógica, inspiró profundamente, no volvió a hacer caso a Édgar y miró hacia la habitación.

Doria seguía en la misma posición, como si se hubiera dormido.

Claudia abrió la puerta y entró, se colocó al lado de su cama, —Doria.

Cuando escuchó su voz abrió los ojos.copy right hot novel pub

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