Hace diez años.
Era un poco fresca la noche de otoño. Al pie de la montaña estéril, salió tambaleándose una figura esbelta del almacén. Dondequiera que fuera, se vio incontable sangre.
Aun siendo una fuerza agotada, el joven sostenía el cuerpo y caminaba rápido. No solo sangraba la herida en su pierna, sino que también se volvía cada vez más fría y entumecida. Sabía que no podría mantenerla si dejaba que sangrara así.
Sin embargo, tuvo que correr y encontrar a Sabela.
La había buscado por todas partes y había gritado su nombre. Resultó mudo y débil, incapaz de hablar, pero todavía no se hallaba el rastro de Sabela.
Finalmente, Aitor, exhausto, cayó al césped.
Sentía gran desesperación.
Ya era de noche en el desierto. Siempre que fuera una persona normal, no vendría aquí ni mucho menos lo salvaría.
Llevaba un día entero sin beber agua ni comer. Había perdido mucho peso. Podían levantarlo sin ningún esfuerzo adultos que tenían un poco de fuerza.
Miró hacia el cielo negro, incapaz de ver sus dedos, aunque extendiera la mano.
Probablemente lo enterrarían aquí.
«Está bien. Tal vez Sabela me espere. Justamente paso a acompañarla. Solo siento un poco de pena por el abuelo y los demás.»
Pensándolo, Aitor cerró lentamente los ojos, que dejó de luchar y esperó en silencio la muerte...
—¡Oye! ¿Qué te pasa? Despiértate.
Aturdido, Aitor sintió un par de manos pequeñas y tiernas batiendo suavemente su rostro. El joven Aitor, que perdía fuerza por mucho tiempo, de repente levantó las manos y agarró las suyas.
Lentamente abrió los ojos. Debido a la falta de agua, estaban un poco borrosos después de haber estado cerrados por tantas horas, pero vio vagamente a una niña pequeña con dos coletas, vestida del vestido de princesa rojo, agachada a un lado y mirándolo con ansiedad.
—¡Estás despierto!
Al verlo abrir los ojos, la niña aplaudió con mucha alegría. Riendo, entrecerró los ojos en formas de medialuna.
No tardó mucho en volverse sorprendida. La niña gritó de repente.
Con la luz de la luna, era evidente que había algunas manchas de sangre obvias en el vestido de princesa rojo que no lo pertenecían.copy right hot novel pub