Se hizo de la correa de Hipo y salió de la propiedad de su familia a toda velocidad, sin controlar sus pasos, velocidad o trayectoria, en ese momento quería que la tierra la tragara y así poder desaparecer, era como sentir todo y, a la vez, nada.
Al llegar al parque se dejó caer sobre el pasto de rodillas y respiró profundamente mirando al cielo, estaba agitada, cansada, su corazón le dolía y se hallaba ahogada.
¿Realmente era lo correcto? ¿Estaba haciendo lo que debía?
Tomó la cabeza de Hipo y la acarició, sintiendo sus suaves orejas, él gimió mirándola, sabía que algo no todo estaba bien en ella y quería ayudarla. Paola lo sabía, sonrió y besó la cabeza de su mascota, intentando transmitirle que estaría bien. Al menos en ese momento, la pelota de unos chicos que jugaban en el parque no muy lejos de ella alcanzó a impactar su cabeza.
Se quejó tocando donde la había golpeado y volteó a mirarlos sorprendida, debían tener más cuidado. Tomó la pelota con sus manos y se las lanzó de vuelta, por un momento pensó en lanzarla lejos y no devolvérsela; pero ella no era así.
Dejó el pasto para erguirse y volver a caminar, esta vez, como una persona normal. Caminaría hasta el muelle y buscaría a Jay en casa, si, su pequeño barco; aunque no era como vivir en una casa, era totalmente acogedor. Siempre huía ahí cada vez que las cosas en casa se volvían intolerables.
¿Cuál sería la diferencia? ¿Sería lo mismo transformar su refugio en un hogar permanente?
No obstante, al llegar al barco, él no estaba allí. Suspiró, rascando ligeramente entre sus rulos preguntándose.
¿Dónde estaba él?
Pensó en los lugares que ambos frecuentaban, sus pasiones, sus ideas, sus conversaciones; pero su mente te hallaba en blanco, no tenía la menor idea de por dónde empezar. Salió del barco cargando a Hipo, mirando a su alrededor, intentando saber que hacer ahora.
Jay, ¿dónde estás?
―Disculpe. ¿Ha visto al dueño del More? ―preguntó ella señalando el barco de Jay a uno de otros dueños que pasaba por el lugar. Todos lo conocían bien, Jay vivía ahí, así que todos los veían ir y venir. Además, Jay sabía todo sobre lo que pasaba en el puerto y mucho más en esa marina.
―Lo vi salir hace una media hora, se dirigía a las oficinas de la Hlboké, supongo debe negociar la venta de su espacio aquí ―dijo él.
¿Por qué no lo había pensado?
Eso tenía mucho sentido para ella. Sin embargo, llegó a confundirla. Ella huiría con él, eso significaba que no solo huiría de casa, huiría de la isla, dejaría atrás Mrazené, el lugar que la vio nacer y crecer, al fin.
―Gracias señor ―dijo ella antes de que él se marchara.
Miró las oficinas de Hlboké pensando si él aun estaría ahí, puso a Hipo en el suelo y mordió una de sus uñas mientras intentaba atreverse a avanzar. Estaba allí para decirle que no esperaría un día más, esa misma tarde quería dejarlo todo. No obstante…
¿Eso era lo que verdaderamente quería?
No era momento para arrepentirse, era lo correcto, no debía cambiar ahora.
Jaló a Hipo caminando por fin con él a su lado, con paso lento y dudoso, pero, aun así, avanzando.
Llegó al área de restaurantes, fue cuando se detuvo, ya que pronto pudo escuchar a alguien gritando su nombre, ella sabía perfectamente que era él.
―Amor ―dijo Jay al tenerla cerca.
―Hola. ―sonrió con nerviosismo para luego mirar al señor con el que su prometido compartía la mesa―. ¿Está todo bien? ―preguntó intentando romper con el momento incomodo que ella misma creó.
―Perfecto, todo salió como lo esperaba. Paola, él es Demian Volo, es el administrador de la empresa Hlboké que maneja esta marina. Demian, ella es mi prometida ―dijo Jay presentándolos oficialmente, aquel hombre extendió su mano para así saludarla formalmente. Ella correspondió al apretón de manos, asintiendo gustosa con una sonrisa.
―Por supuesto que se quién es ella, reconocería una Kóma aun mirándola de espaldas. Aun cuando sea la hija casi desconocida de la familia, sé que no tiende a salir mucho en los eventos familiares. Debo decir que me da gusto que se ella la que te haga dejarnos al fin Jansen ―dijo Demian mirándola, ella sonrió con tensión, no era algo a lo que estaba acostumbrada, ella en su casa era más realmente una persona más de servicio que de la familia.copy right hot novel pub