Días posteriores a la carta del príncipe Aker recibí una carta nueva, creía que había sido la respuesta de la reina Marianne, sin embargo, no era de este modo, no sabía qué tipo de flor era la que se encontraba en el sello, así que la abrí:

...-❤️-...

Mi querida princesa Iliana Eir Ayla Wirmount

Con esta carta le expreso mis pensamientos, ha invadido mi cabeza como si fuese su hogar, su voz aun resuena en mis oídos, su cálida mirada es uno de mis recuerdos favoritos de usted; pasé un exquisito día, me gustaría verla en la boda del rey Montecarlo de Priori y poder bailar con usted, observando el atardecer, ya que no hay escena mas romántica, ya que estar bajo la luna y las estrellas pondría en riesgo a tan magnífica doncella, detestaría eso.

Perdóneme si estoy siendo muy osado, pero no me gustaría darle muchas vueltas a los asuntos del corazón.

^^^Con cariño el príncipe Frederick Alnair Gaifort^^^

...-❤️-...

Eso sonó tan cursi que casi vomito, de hecho hice el gesto de querer vomitar, cuando levanté la mirada noté que Evan me estaba mirando.

-Es que quería expresar mi gran desprecio a esta carta- dije muy apenada.

Me dirigía a mi habitación leyendo de nuevo la carta, y no sé si es por el hecho de que detesto el romance o que tiene pésima calidad, pero me desagradó demasiado leerla, me da escalofrió solo imaginar en que el príncipe Fredereck me piensa en un aspecto romántico.

-¡Ah!- caí al piso, había chocado con alguien por seguir viendo la carta.

-Sí que eres bastante distraída- el príncipe Aker me tomó del brazo y me levantó con mucha facilidad.

-¿Qué haces tú aquí?-

-¡Oye más respeto! Soy mayor que tú-

-Y yo soy reina-

-Además de descortés, eres arrogante ¿Quién lo diría? ¿Qué es eso?- yo puse la carta detrás de mí.

-Gracias por ayudarme a levantarme ¿Cómo es que chocó conmigo si usted no estaba leyendo nada?-

-Estaba mirando el castillo-

-Y dice que yo soy la distraída- le reproché.

-¿Y que la tenía tan atenta?- intentó mirar detrás de mí poniendo su mano en la barbilla, yo me giré un poco para que no pudiera ver y con su otra mano me quitó la carta.

-¡Devuelvame eso! no es de su incumbencia-

-“Mi querida princesa” vaya parece ser de alguien cercano- yo intentaba quitársela, pero el levantaba la carta, así que me era imposible alcanzarla, debido a que es más alto que yo.

-Es de mala educación leer cartas ajenas-

-“Su voz resuena en mis oídos” ni siquiera sabe expresarse bien, yo diría algo como “su voz es tan especial que no puedo olvidarla”-

-El no lee tantas novelas románticas como usted ¡no continúe leyendo!-

-Auch, eso dolió, “para bailar con usted, observando el atardecer” ¿de qué libro se sacó esta escena?-

-Deme eso- comencé a brincar para alcanzar la carta.copy right hot novel pub