Cuando llegaron al reino Tagetes en donde sería la ceremonia, la reina Iliana vio las expresiones de muchos integrantes de la realeza los cuales estaban disgustados o incómodos respecto a la boda, pues no era nada común que un rey se casará con algún plebeyo y menos siendo de su mismo género. Aunque a otros tantos no les pareció tan molesto o incómodo, pues no pensaban lo mismo que sus antecesores y los niños no podían entender el desagrado de los adultos aunque sí estaban un poco confundidos, pues no veían esa clase de cosas en su vida cotidiana.

Iliana estaba demasiado feliz como para prestarle atención a los invitados, esperó que llegara Aker para dejarle encargado a Adam se dirigió a dónde y se estaba arreglando Carlos.

-Aun no puedo creer que no hayas elegido damas de compañía- dijo la reina entrando a la habitación de Carlos.

-Que bueno que llegaste- el rey abrazó a Iliana con fuerza.

-¿Qué sucede?- la reina miró a la mamá de Carlos.

-Bueno yo los dejo, voy a ver cómo está mi yerno- la mamá de Carlos salió de la habitación.

-Déjame seguirte abrazando aunque sea unos instantes más- dijo el rey al sentir que Iliana se apartaba para hablar con él, ella lo abrazó.

-¿Estas nervioso?-

-Te diría que como no te imaginas, pero puedes entender cómo me siento, tú te casaste primero- hablaron un poco respecto a la boda mientras el rey Carlos lograba calmarse, mientras que su madre había hablado con Harit respecto a lo que tendría que hacer como esposo del rey, lo felicitaba y le agradecía por hacer tan feliz a su hijo; Itcel también estaba en la habitación, pero ella solo los miraba emocionada, estaba encantada con que Carlos y Harit finalmente se casaran.

Y así comenzó la ceremonia sin contratiempos, Aker e Iliana pudieron estar juntos y tomados de la mano en todo momento. Había demasiadas flores, ambos novios tenían trajes oscuros; Harit parecía estar un poco incómodo por su atuendo, ambos chicos se miraban con amor aunque siguiera disgustandole a algunos integrantes de la realeza, se besaron y se dieron los anillos, Iliana e Itcel fueron las únicas que no pudieron contener su emoción, pero fue más notoria la alegría de la reina, pues aplaudió con frenesí.

Al iniciar la celebración por la unión la reina Iliana y el rey Aker fueron a felicitar al nuevo matrimonio, así como todos los invitados .

Harit no podía dejar de pensar en las dificultades que tendría siendo ahora parte de la realeza, era irónico que se había convertido en algo que siempre detestó, pero él sabía que las ideas que tenía respecto a la realeza eran erróneas en su mayoría o al menos que no aplicaban para todos los reyes. Harit también tenía miedo de no ser capaz de desempeñar un buen papel como esposo y rey o al menos tenía esa duda de en qué se había convertido, si solo era el esposo del rey, un príncipe o un rey.

Carlos había notado desde que había empezado la celebración que Harit irradiaba preocupación, al inicio no quiso decir nada porque creía que era por su noche de bodas pero al paso de unos minutos se dió cuenta de que más que preocupado, también había miedo en su expresión; lo único que hizo el rey Carlos fue entrelazar sus dedos con los de Harit, le besó la mejilla y se acercó a su oído.copy right hot novel pub