Salgo al jardín, ahí se encuentran los encargados en tomarnos las fotos de la revista, se encuentran sentados platicando entre ellos, y del otro lado, se encuentran el señor Gamal junto a su hijo Nair, sentados platicando sin preocupaciones, una imagen digna de padre e hijo.
Zahira y la señora Taahira están arriba con los pequeños, se estaban quedando dormidos en sus brazos por lo que yo aproveche para bajar y revisar que todo estuviera en el mismo orden que cuando subí por mis pequeños.
Me acerco a los jóvenes de la revista con una sonrisa avergonzada y cuando ellos me ven, se levantan rápidamente.
─Buenas noches, solo quería decirles que se pueden retirar cuando les parezca mejor, si gustan que los lleven no hay problema y cualquier pago extra no duden en pedirlo.
─Muchas gracias señora Khattab, no hace falta nada de eso ─los jóvenes se levantan y preparan sus cosas para marcharse.
─Sé que es su trabajo y todo, pero por favor podrían cambiar un poco la historia de lo que pasó, por favor.
─Señora Khattab, no se preocupe, cambiaremos la historia aunque nos cueste el empleo.
─Muchas gracias ─digo en un susurro ya que siento que si hablo más fuerte o digo otra cosa, romperé en llanto.
Una vez están listos, los acompañó a la puerta y les agradezco, me quedo ahí parada hasta ver su camioneta desaparecer y decido sentarme ahí, en la entrada.
Levanto mi vista hacia el cielo oscuro con pocas estrellas y una luna grande, una luna espectacular que luce radiante y hermosa, por alguna razón, siento que la luna me brinda una tranquilidad, o simplemente soy yo al tener un tiempo sola para pensar.
No puedo creer que nos dejará a todos aquí, no puedo creer que no tuvo la decencia de mínimo mandar un mensaje para decir que no vendría, se que sigue en su oficina, pero no fui ya que le quería dar su espacio.
Me siento estúpida al pensar que vendría, me siento estúpida por tener esperanza en que seriamos una familia feliz, me siento estúpida por todo, pero más por estar aquí afuera empeorándolo con lágrimas en los ojos.
No se que hago aquí, no entiendo que gano estando aquí a su lado, yo nunca impediría que él se acercará a sus hijos, tanto él como mis hijos tienen el derecho de conocerse, si nos llegáramos a separar, se que seriamos felices, yo por mi lado y él por el suyo.
Pero algo en mi se rompería si lo dejo, nunca pensé que lo llegaría a necesitar en mi vida, yo se que es un maldito estúpido e idiota, pero esa persona fue la que me enamoro.
Me levanto de ahí, no vale la pena esperarlo afuera, no sé a qué hora llegará y lo único que lograría aquí afuera es enfermarme y es lo que menos ocupo con mis hijos recién nacidos.
Al abrir la puerta me encuentro con el señor Gamal mirándome con un odio, y si no me equivoco con asco también, lo cual no entiendo para nada.
─Me sorprende ver hasta donde llegó Rohan por ti, no entiendo su capricho con una niña mediocre ─suelta sin más─. Me alegra ver que la foto de su familia no llegará a ninguna revista, por primera vez estoy orgulloso de mi hijo ─sin decir nada más, sale por la puerta y dejándome ahí con la cabeza a punto de explotar.
Como si fuera poco, mi teléfono empieza a sonar, siento que mi cabeza estallara en cualquier momento, pero aun así contesto.
─Señora Tamara, que bueno que contesta, el señor Khattab no ha salido de su oficina en todo el día, solo ha estado bebiendo y estoy segura que no ha probado nada de la comida que le lleve.
─Que bueno, ojala se muera de intoxicación el maldito estúpido ─cuelgo la llamada y resoplo fuerte, quiero gritar de la impotencia al saber que solo se quedo en su oficina bebiendo.
Empiezo a subir las escaleras, necesito una ducha para poder entrar a mi cama y dormir plácidamente, estos tacones me están matando pero por alguna razón me detengo a media escalera.
Empiezo a bajar casi corriendo y tomo las llaves de unos de los coches de Rohan que se encuentra aquí, no puede tener todos sus carros en una casa tan pequeña pero aquí siempre hay dos autos y las camioneta de los changos aunque ellos se van por la noche.
Enciendo el auto y arrancó en dirección a su oficina, se que no quiero verlo y mucho menos en ese estado, pero necesito saber sus motivos, además de que no quiero que algo le pase.
Tengo la suerte de que su oficina no esté muy lejos de casa, no me quite los tacones y me están matando los pies, espero que mi corazón no quede igual de muerto que mis pies.
No tardó mucho en llegar así que bajó y en la entrada logró ver a Daniela, parece que espera algo, al principio pensé que un auto para ir a casa pero veo que un hombre se acerca con bolsas de comida.
Me bajo del auto y me acerco a ellos, y Daniela al verme se calma ya que se veía muy alterada.copy right hot novel pub