-amor, ¿Qué te ocurre? - me hablo Damián, me miraba con preocupación.
-no es nada, solo es que me acorde de algo triste pero estoy bien, no te preocupes- le dije sonriendo.
-estabas llorando amor- ni siquiera me había dado cuenta si no me lo dice el, es un recuerdo triste y me cuesta pensar que ya todo acabo, que Zen no nos hará más daño.
Damián se acercó a mí y me abrazo, habían pasado tantas cosas en tan poco tiempo que todo me parece un sueño, aunque todavía queda Vanessa pero sé que ella donde esta no puedo hacer nada.
-disculpen por la interrupción- oímos una voz y nos separamos.
Era un hombre de mediana edad, con el cabello casi blanco y de tez oscura pero su cara inspiraba confianza.
-Hola Doctor Julián, te presento a mi prometida Danira- dijo Damián y el docto me dio la mano, la agarre encantada y nerviosa a la vez.
-encantada señorita, si es de su agrado esperarme en su habitación, enseguida la atiendo- me dijo con una sonrisa.
Fui hacia mi habitación y a los minutos vino el doctor acompañado de un maletín y Damián a su lado.
-el señor Damián me ha contado como se encuentra usted y voy a sacarle sangre para analizarla- asentí con la cabeza.
Después de unos minutos el Doctor se llevó dos frascos con mi sangre, me dijo que dentro de una semana tendría los resultados, la verdad no me suelo sacar sangre a menudo pero espero que todo esté bien.
Ahora solo faltaba esperar, cuando el Doctor Julián se fue, fui a Ivorath, le dije a Lucio que me llevara hasta la casa donde fuimos la última vez Leonor y yo, acordarme de ella me hacía sentir melancólica, la echaba tanto de menos, ojala estuviera con nosotros.
Cuando cruzo el portal, lo primero que me encuentro son muchas flores por todos lados, la última vez que estuve aquí no recuerdo que hubiese tantas, claro que también vinimos de noche y a lo mejor no las vi bien.
Sigo avanzando y un hombre mayor me detiene.
-perdone señorita, ¿Quién es usted?, conozco a todo el mundo y a usted no recuerdo haberla visto por aquí- me dijo el señor muy amable.
Era un hombre bajito y un poco encorvado, con los ojos muy pequeñitos pero irradiaba felicidad con sus palabras, no parecía mal hombre.
-buenas señor, yo soy Danira y soy hija de Raphael, he venido a verle, ¿es usted tan amable de indicarme donde está él?- le dije sonriendo.
-señorita, que alegría saber que usted es la hija de nuestro señor Raphael, y no se preocupe, yo la llevare con el- me dijo y me agarro del brazo, con cuidado me llevaba hacia mi padre.
Llegamos al castillo, el señor le dice a los guardias quien soy y nos dejan pasar.
Cuando las puertas se abren, mi boca se abre de sorpresa, no me había fijado en lo bonito que era por dentro, seguimos andando y me lleva por un pasillo, una alfombra marrón claro cubre todo el suelo.
-bueno señorita, aquí me despido, detrás de esta puerta esta su padre, me alegra mucho de haberte conocido, si algún día necesita algo no dude en buscarme, me llamo Ricardo- asentí con la cabeza y se fue dejándome frente a la puerta.copy right hot novel pub