Isabella, encontró a su hijo justo en direccion a sus habitaciones.
-Madre...
-Que bueno que te encuentro Hijo, necesitamos hablar.
-Iba a mis habitaciones pero...
-Vamos, sólo serán unos minutos.
Llegaron solo un par de minutos después. Isabella, suspiró con fuerza.
-He hablado con Zabdiel, me ha contado todo- lo miró fijamente.
-Madre...
-Quiero que sepas que no estas obligado a nada. Nadie, ni siquiera tu amor al pueblo puede obligarte a renunciar a Vanessa, la amas y no hay nada que importe mas- acaricio su mejilla- nadie puede pedirte que renuncies a los deseos de tu corazón, nadie Nael. Absolutamente nadie, ni siquiera tu padre.
-Gracias por apoyarme, madre- dijo con toda sinceridad, mientras que la miraba con todo el amor que sentía por ella.
-¿Como podría menos que eso? Nunca podría explicar con palabras cuánto te amo. Gustosa entregaría mi vida por tu bienestar o el de Isabdiella, junto a Zabdiel, son lo que más amo. Jamás, escúchame bien, Nael- colocó la otra mano en su mejilla y centró la mirada en los hermosos ojos de su hijo- jamás permitiría que sacrificarses así tu felicidad. Vanessa te ama hijo mío y sé que tu a ella, no hay nada más hermoso que el amor.
-Pero...- su voz era lastimera- siento el peso de toda la nación sobre mi espalda, no me arrepiento de escoger a Vanessa por encima de todo, pero me siento un traidor... un traidor a mi pueblo, a mis costumbres, un traidor a mis obligaciones.
-Es peor sentir que traicionas a tu corazón- declaro firme.
-Pero...
-Te entiendo, mi amor. ¿sabes qué es lo que sucede? Estás debatido entre dos amores, sé que amas a Norusakistan con todo lo que eres, y sé cuánto amas a Vanessa, lo veo en tus ojos. No puedes amar, dejando de amar.
-¿Y como hago desaparecer este amargo sabor en mi boca?- pregunto con ojos tristes.
-Vanessa te ayudará, cada beso que te dé será un recordatorio de tu buena decisión y quitará ese sabor de tu boca. No concibo la idea de vivir sin tu padre, entiendo tu necesidad de negarte a perderla, no sabrías vivir sin ella. Ni ella sin ti.
Zabdiel, estaba sumamente preocupado ante la actitud de Isabella. Aunque frente a los demás se comportará como si nada estuviese pasando, sonreía amable y dulcemente, cuándo la miraba podía notar todo aquel dolor en su mirada.
Si se acercaba, ella no se retiraba, pero le demostraba con su fría mirada, el terrible dolor que sentía.
Debía hacer algo para solucionarlo, porque cada vez que ella lo miraba de esa forma se le partía un poco más el alma.
El miedo le atenazaba el corazón, pensó en su hijo perdiendo la mujer que amaba, y lo comprendió; no podría romper el corazón de Nael, no podía pretender que su hijo experimentara lo que sentía el en aquel preciso momento.
Tenía una idea, debia llevarla a cabo. No soportaba más que dos de las tres personas que más amaba, estuvieran dolidos con el.copy right hot novel pub