Desde que llegué al hotel, me dediqué a recorrer todos los ambientes. Fui al área de la piscina. Estaba solitaria. Pero podía ver la belleza con la que fue diseñada. Había un tobogán de casi cuatro metros de altura. La piscina tenia la forma de una gota de agua. Y una especie de cascada artificial le daba un aspecto natural increíble.
Saqué un cigarrillo de la cajetilla, lo encendí, mientras recorría aquel hermoso lugar, una mujer de algunos cuarenta años, estaba sentada en la barra, me acerqué y pedí un trago. Ella me miró algo altiva. La ignoré por completo. Quizás estaba acostumbrada a que le rogasen, pero yo sin ser un galán de telenovelas, tenía un arma letal, la palabra.
Tomé el trago y me fui a continuar paseando. Vi cuando se levantó y caminó hacia la piscina. A pesar de verse un tanto mayor que yo, era innegable que poseía una figura bien conservada. Me senté en una de las mesas. Ella en una de las sillas de extensión.
La brisa jugaba con su largo y rubio cabello. De pronto se levantó. Dejó caer su vestido y se lanzó a la piscina. Era una mujer un tanto desafiante o muy segura de sí misma. Caminé hacía donde estaba.
–Hermosa sirena–comenté.
Ella me miró como si no entendiese lo que le decía. Volví a repetirle:
–Es usted una hermosa sirena.
Finalmente dijo:
–¿Excuse me?
–Oh excuse me my lady. I am said that you are beautiful mermaid.
Ella soltó una carcajada. Imagino por mi terrible pronunciación. Caminó hacia la escalera, salió del agua. Parecía realmente una sirena. Su cabello mojado caía a ambos lados de su cuello, tapando sus senos.
Las gotas cristalinas hacían brillar su cuerpo dando a este, un aspecto de frescura.
Estaba tan próxima a mí, que quise halarla y ceñirme a su cuerpo.copy right hot novel pub