Aunque siempre me imaginé sólo a la hora de morir, no niego que me perturba la idea de ser enterrado sin tener a las personas más importantes acompañándome ese día.
Hoy resulta tan triste que sólo dos de ellas estén aquí, Alicia y Mariam. Una de ellas aún admirándome como su amigo poeta, la otra como su marido traidor.
Ambas percepciones tan distantes e ilógicas. Pensé que le dolería un poco a mi esposa, saberse viuda. Parece un alivio en vez de sufrimiento. Alicia mi amiga fiel, llora porque no me podrá tener a su lado otra vez. Risoría las trampas que te pone el destino.
El país está convulsionado por el brote pandémico y sólo en las redes se corrió la noticia de mi muerte. Los detractores son felices con esta noticia, los que me apoyaron finguirán que no les dolió para evitar ser vapuleados por mis enemigos.
No es necesario que se expongan por mi, sé quien creyó en mí y quien no.
La red de mentiras atrapó a la mayoría y ahora que los depredadores políticos no pueden roer mis huesos, van tras mis colegas. No diré que sean santos, no sé hasta dónde pudieron llegar. Pues errar es de humanos y eso, lamentablemente somos.
Al comienzo dije que no es mi intención escudarme o justificarme antes quienes leen de mi propia voz, estas líneas. Sólo espero comprendan que también tuve fantasmas que me acosaban día y noche.
Esto no tienen nada, absolutamente nada que ver con un trastorno de tipo emocional, sino espiritual.copy right hot novel pub