Modo oscuro
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Seducida por un extraño

Capítulo 2 El capitán de hielo (II)

Me detuve de golpe y el mundo dejo de girar mientras el simplemente colocaba las manos sobre los tablones de madera del muelle y comenzaba hacer flexiones de pecho, Dios míos con cada movimiento ascendente los músculos de sus brazos se tensaban definiendo los y marcándolos a cada uno de ellos, la capa de sudor les brindaba un brillo extra que por Dios, me tenía la respiración entrecortada.

Me lleve una mano involuntariamente a la boca mientras mordía uno de mis labios. Ese hombre estaba de muerte lenta era un pecado creado por el demonio para que muchas fueran al mismo infierno ¿y cómo no?, luego de hacer un par de flexiones más, se levantó uso una toalla que llevaba al cuello y se giró para mostrarme su esbelta y maravillosa espalda, en ese momento comencé a andar nuevamente en su dirección como si una fuerza invisible me atrajera a él, como si un imán me hiciera acercarme a él.

Cuando me di cuenta ya estaba descendiendo los escalones y estaba a un metro escaso de este majestuoso Dios de los mares, me detuve a mirar su cuello, descendí por su espalda y mi concentre en su tatuaje, había una especie de cardumen de peses nadando, unos tiburones martillos, unos defines, rayas, corales.

Era toda una escena marina que me dejo boca abierta, tenía demasiados detalles, demasiados colores, el tatuaje ascendía desde la zona baja de su vientre hasta la parte media de su espalda, era una hermosísima obra de arte que aunado a su esplendoroso físico, hacían del conjunto algo simplemente digno de ver, seguí detallando su espalda y continué a sus glúteos.

Amigas este hombre tiene ¡los glúteos ok! no esas simples nalgas trabajadas en el gym, no esto era más parecido al trasero de los futbolistas, en serio en ese momento había una enorme charco de baba en el piso y yo con la cara de idiota, se giró lentamente y fijo sus ojos verdes en mí.

Aguarden un momento, ayer recuerdo muy bien que ayer sus ojos era de un tono verde profundo en este momento sus ojos tenían un tono más amarillo como si usara lentes de contacto no sé si se debía a que el sol comenzaba a puntear e iluminar el espacio donde estábamos o si realmente tenían ese tono pero igual quede embobada cuando su penetrante e intimidante mirada me traspaso.

Me miro de arriba a abajo como si estuviera estudiando que hacia alguien como yo allí, luego respiro profundamente e inclino un poco la cabeza a un lado como si algo en su hombro le molestara, parpadeo lentamente y sin más pregunto.

—¿Se te ofrece algo? —al oír su voz fue como si un tirón de electricidad recorriera todo mi cuerpo.

Su voz fue profunda como había sido ayer, pero esta vez había hablado mucho más bajo como si lo que preguntara fuera algo íntimo, como si esperara que lo que fuera a responder era justo lo que estaba pensando, que yo honestamente no tenía ni idea de que pensaba, ósea ni siquiera yo podía pensar, abrí mi boca, y volví a cerrarla para luego volver abrirla y solo logre articular dos palabras

—Océano... hermoso —involuntariamente mordí mi labio inferior y el volteo sus ojos dejándolos cerrados, mientras respiraba profundamente volvió hablar y cuando lo hizo sentí que todo a mi alrededor colapsaba y los colores subían a mis mejillas.

—¿Podrías por favor dejar de mirarme como si fuera un jugoso pedazo de pastel de chocolate? —abrí y cerré mi boca buscando que decir, pero nada salió de ella.

Solo logre bajar la mirada al suelo y decir lentamente lo lamento, escuche como volvía a respirar profundamente y tan cortante y frio como había soltado lo anterior me dijo

—Si, claro, como sea —sentí que se movió delante de mí y cuando levante la vista ya no estaba.

Me volví buscándolo pero no, no estaba y yo acababa de pasar la mayor vergüenza de la historia de las historia de las vergüenzas, quería que Poseidón enviara al Kraken a matarme, como demonios me había quedado así parada frente a él como la propia imbécil, después de unos segundos solté el aire y fue cuando note que había estado respirando con dificultad y que ahora que él no estaba mis pulmones podrían trabajar con facilidad.

Que rayos me estaba pasando con ese tipo, ósea no era la primera vez que veía a un hombre así de bueno... comencé a echarme aire con las manos para que el calor bajara de mi cara, maldición, iba a trabajar en el mismo lugar que el Dios de los mares y ahora acababa de tener el momento más incómodo y vergonzoso del universo con él.

En ese momento agradecí a Dios que no trabajábamos en la misma área porque si no moriría en seguida, lo que no sabía es que la vida, la asquerosa y perfecta vida ella sólita se equilibraba y me iba a poner justo donde tenía que estar.

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10:00 am

En el 3er. piso me reuní con el Sr. Richardson que se disponía a mostrarme donde estaría ubicada mi oficina y me presentaría al equipo. Cuando llegamos mi mandíbula llego el piso, era un área amplia, con una encantadora y fascinante alfombra de colores, había un escritorio corrido en forma de ola que recorría la pared del lado izquierdo, allí estaban los "cubículos" con los ordenadores, al otro lado de la sala, habían dos muebles enormes de color azul marino y un montón de puff esparcidos por el suelo.

Si, como lo leen puff de todos colores, frente a estos estaba un enorme tv que en ese momento estaba pasando un documental de la vida marina, justo debajo del tv estaban unos mesones igual con forma de ola sujetos a la pared, sobre estos estaban dos consolas de vídeo juegos, un Blu-ray y un video bean, si así como lo leen.

¡Había dos putas consolas de vídeo juegos! en el área donde iba a trabajar, imagino mi súper "O" puesta en mi cara porque la cara de el Sr.copy right hot novel pub

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