Violet
Me siento en el césped del jardín, Kale a mi lado me toma de la cintura apegándome a el.
Ruedo los ojos con una sonrisa en mis labios.
Ha pasado un mes desde que llegué aquí, un mes en el que he aprendido muchas cosas sobre los lobos, ya mi olfato esta más desarrollado, y ahora puedo oler cualquier cosa a kilómetros.
Mis padres... Me han visitado un par de veces, pero Sandler... Mi amigo no quiere venir, así que tendré que ir yo.
No quiero alejarme de él, además de que tengo muchas preguntas que hacerle.
Siento unos besos en mis mejillas bajando por mi cuello, miro al intruso con una ceja alzada.
Este me da una sonrisa y uno sus labios con los míos, estos se mueven en sincronía haciéndome tocar el cielo.
Bien que besa el lobito.
Nos separamos por falta de aire y el baja su rostro a mi cuello donde reparte pequeños besos haciéndome jadear.
— Kale... — susurro cuando muerde ese punto sensible.
— Necesito marcarte — jadea separándose de mi de golpe.
Lo miro alarmada y el me atrae hacia él, calmándome.
La marca.
He leído sobre ella, es una mordida en el cuello, es cuando una persona te reclama como suya, en el momento de la marca, ya no hay vuelta atrás, estas atado a esa persona de por vida, si alguno muere, el otro también, y todos los demás lobos sabrán que le perteneces.
En este caso, a Kale.
— No voy a obligarte a nada Violet.
Afirma el tomando mi mano.
Niego con la cabeza y sonrió.
— Lo sé. Aún no estoy preparada.
Respondo sin mirarlo, siento como besa mi mano y suspira.
— Esperaremos el tiempo que sea necesario.
Dice con dulzura, ¿Dónde quedó el Alfa cruel que se supone que es?
No lo sé, ni quiero saberlo.
Todo ha sido tan extraño desde que llegamos aquí, pero no me quejo, todo sucede por alguna razón, y si está es mi razón, me quedare toda la vida.
«Que cursi te has vuelto»
habla vía sacandome de mis pensamientos.
Pero mira quien habla, ella es mil veces más cursi que yo.
Me levanto decidida a visitar a mi amigo y Kale me ve confundido.
— ¿A dónde vas? — pregunta con el ceño fruncido.
— Voy a la casa de mis padres...
Explico omitiendo el hecho de que voy a ver a Sandler.
— No no no, allá está el... El chico ese.
Dice, lo sabía, algo tiene en contra de él.
— Pues, "el chico ese" — respondo haciendo comillas con mis dedos — es mi mejor amigo desde que era una niña, así que, nos vemos — continuó mi camino hacia la salida pero siento como me toma del brazo apegándome a él.
— Yo iré contigo. — afirma sim soltarme.
— No, no irás, Sandler no me quiere ni ver, y todo es porque estoy contigo, yo solo iré a hablar con él. — respondo sin mirarlo, zafándome de su agarre.
Miro como entra a la mansión dando un portazo.
Niego con la cabeza enojada.
¿Porque simplemente no me deja en paz?
Será cretino, se comporta dulce un momento y al siguiente está lanzando todo a su paso.
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