Registrada en SAFE CREATIVE
Bajo el código: 2011045801413
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS ©
Instagram:@theanamartinezexperience
La muerte de Fausto tomo por sorpresa a todos en el puerto. No podían creer que, un hombre tan bueno como él, hubiese muerto de una manera tan terrible, tan cobarde y sobre todo inesperada. Él, se había llevado hasta la muerte casi todos los secretos de su hermana, menos uno, el que había desenvuelto toda la tragedia que aun seguía vigente y que solo esperaba a su próxima víctima.
Ahora ya se sabía quién era el culpable de la muerte de Natalia Martí, por fin su muerte había quedado esclarecida por completo y ya no había dudas de que Iván no era el culpable, había sido Fausto, aunque sus intenciones nunca fueron que terminara de esa manera.
Sin embargo, aún había muchas cosas que no cuadraban y que seguían siendo pistas en el aire, ¿qué tenía que ver Iñaki aún en todo esto?, ¿cómo había llegado Minerva a la conclusión de que Natalia y él eran amantes?, y, la pista más importante, ¿cuál era la verdadera versión de la muerte de su padre?
Aún había más, mucho más cosas por averiguar y por suerte aún se podían obtener respuestas gracias a la orden que Aitor había puesto para que Iñaki no se fuera de San Carlos. Si alguien tenía la respuesta a las próxima pregunta, era él, y Fernando no descansaría hasta que la verdad saliera a la luz.
―Al menos ya sabes quién fue el culpable del asesinato de la madre de tu hijo― le comentó Aitor mientras Fernando seguía en el jardín, viendo las flores que su tío cuidaba con tanto empeño.
―Lo único que sé es que esta familia está maldita, que está maldita desde la raíz y que todos los que tienen algún tipo de conexión con el apellido Saramago perecen de alguna u otra forma― habló afligido ― a veces me pongo a pensar que lo mejor hubiese sido que no regresara a San Carlos, que Natalia no conociera todo esto y ahora, ella estaría viva y yo probablemente ignorando todo esto. Paula, estaría felizmente casada con Iván, sin saber nada de mi y, todos seríamos más felices.
Aitor le dio una palmada sobre la espalda a Fernando y él lo volteó a ver ― dicen que la ignorancia es una bendición pero, ¿cuánto tiempo hubiese pasado para descubrir la verdadera facha de tu madre?, y ahora, esta nueva pista donde dicen que la versión de la muerte de tu madre fue diferente. Piensa que es mejor saber la verdad aunque duela, que vivir en una bonita mentira.
―Sí, pero cuando la verdad se lleva o hiere a los seres que amas, ¿vale la pena? ― preguntó Fernando ― Natalia, a pesar de nuestras diferencias no merecía morir así, Paula no debía porque estar implicada en este embrollo y mi tío, era un buen hombre y no pudo con tanto que se quitó la vida en frente de mis ojos… mi madre está en la cárcel, mi padre muerto al igual que Claudia Mier… no puedo dejar de pensar, ¿qué será lo siguiente? Lo mejor será tomar a mi hijo y largarme de aquí.
―Y, ¿Paula?, ¿la abandonarás a su suerte?, la dejarás que se quede sola en San Carlos sin más…
―Tiene a Iván, es mejor partido que yo…
―Pero, no lo ama… lo único que conseguirías es que ella te maldijera de por vida― Aitor suspiró― no te rindas, cada días estás mas cerca de la verdad y, cuando la averiguamos, tu y Paula podrán arreglar su relación y ser felices. No dejes que los errores del pasado influyan en la felicidad de tu presente.
―¡Señor investigador!― escucharon a lo lejos. Aitor volteó a ver al policía que en ese momento registraba la casa―¡tenemos algo que creo le puede interesar!
Aitor se dio la vuelta para ir hacia la casa y Fernando lo siguió. Él tenia razón, estaba tan cerca de la verdad como para renunciar a todo e irse. Las decisiones de su madre y su tío habían sido tomadas, era momento de que él tomara las suyas.
―¿Qué pasa? ― preguntó Aitor al llegar frente al policía.
―El jefe lo quiere ver arriba, encontramos algo que puede ayudarle al cierre de su investigación― comentó.
Ambos, Fernando y Aitor, subieron las escaleras y caminaron por los pasillos de la casa de Fausto hasta llegar a donde se encontraba el jefe de la jefatura con otros policías más.
―Dígame― habló seguro ante él.
―Creo mi amigo español, que hemos encontrado algo que le puede ayudar con la investigación de la señora Martí― dijo en tono relajado ― a ver si así nos quitamos su presencia de encima y me deja de chingar en mi puerto.copy right hot novel pub