Lisa, se quedó pasmada ante el atrevimiento de aquel hombre desconocido, al cual había visto solo en dos oportunidades.
¿Qué le ocurría?, ¿por qué la besaba?, ¿estaba loco?
Los suaves labios de él, se oprimían contra los suyos destilando un extraño calor. No se movió, no reaccionó a aquel beso, y menos que nada. . . ¡no correspondió!
Después de un par de minutos él se alejó y ella lo miró con ojos angustiados.
-¡Atrevido!- le dijo frunciendo los labios- ¿cómo. . . cómo se atreve?- inquirió enojada.
-Yo. . . lo siento mujer bonita, es que. . . me gustas.
-¡Soy casada!- le dijo con voz agónica- ¡Soy casada y no está bien que un hombre al que apenas conozco me bese!- él que se quedó mirándola en silencio por unos minutos.
-No. . . yo. . . no me imaginé que fueses casada.
-¡Te dije que Federico, es mi hijo!- le dijo mirándolo como si estuviese loco.
-En la actualidad, hay millones de mujeres solteras, que se dedican con esmero a sus hijos, sin necesidad de estar casada- le dijo de forma tan evidente que Lisa, se sintió tonta.
-No es mi caso- dijo lo más digna posible.
-Nunca pensé que fueses casada. . . siempre vienes sola.
-Pues. . . mi esposo es un hombre ocupado. En ocasiones, venimos juntos.
-Nunca les he visto juntos- afirmó aparentemente despreocupado.
-Eso no te da derecho a besarme- le dijo muy seria.
-Tienes toda la razón, pero me gustas Lisa. . . y eso, sin duda alguna me da derecho a besarte- ella lo miró como si le hubiese salido un tercer ojo. Realmente no comprendía a ese hombre. Sí, Estaba loco.
-¡He dicho que soy casada!- gimió dando un paso atrás.
-Y yo he dicho que me atraes- le dijo llanamente, como si con eso zanjara el tema- no me importa tu estado civil. Me importas tú.
-¡Amo a mi esposo!- le dijo- no le seré infiel, ni con usted, ni con nadie, es un buen hombre que se merece mi respeto. En consecuencia le pido que se aleje y que no vuelva a besarme.
-Muero por algo más que besarte, Lisa.copy right hot novel pub