A pesar de todos los intentos de Manuel, porque ella se quedara, Lisa se negó a ceder. Necesitaba estar a solas, en su casa, llorar hasta volver a sentirse seca. Saber quién le había arrebatado la vida a Federico, solo hacía que el dolor fuese peor. Imaginarse los últimos minutos de la vida de Fede, era espantoso, pensar en el miedo y el terror que sufrió su hijo en el inútil intento de defender su vida, la carcomía, la hacía sentir miserable y vulnerable. Llegó a casa, hecha un mar de lágrimas, le pidió a las chicas del servicio no ser molestada y se fue a su habitación, a aquella que compartía con su esposo. Se ducho rápidamente y se metió bajo las sábanas, sintiéndose e inmerecedora de aquel afecto que su esposo le tenía, sintiendo que con su presencia manchaba el lecho conyugal.
Pero lo necesitaba, necesitaba estar en su cama. . . necesitaba con desesperación sentirse parte de algo.
Lloró amargamente porque su vida se había vuelto un completo desastre. Que hubiesen atrapado al asesino de su hijo, le daba algo de paz, aquel terrible monstruo estaba tras las rejas, pero. . . eso no le devolvía a su hijo y no llenaba en inmenso vacio que sentía en su corazón.
Luis Francisco, estaba mirando por el amplio ventanal que daba a la calle, cuando su teléfono móvil sonó. Era una llamada de la casa, se apresuró a responder.
-Hola.
-Señor. . . disculpe que le interrumpa, no sé si hice bien al llamarle, pero. . .
-¿Qué ocurre?, ¿está mi esposa, bien?
-Es precisamente por eso. La señora salió y volvió muy mal. Estaba llorando de una manera que me asustó y se ha ido en su habitación y no quiere salir, no quiso comer, y no hace otra cosa que llorar.
-Voy para allá- dijo y salió rápidamente al estacionamiento en busca de su auto. Debía llegar pronto a casa.
Abrió la puerta de la habitación con cuidado y entró. Allí estaba ella, sobre la cama, sollozando débilmente.
-Lisa, mi amor. . . – ella se giró hacia él. Tenía el rostro hinchado, y los labios temblorosos.
-Luis. . .copy right hot novel pub