Después de volver del juicio de Marcus Jr, Lisa pensó que todo mejoraría, durante el viaje Luis Francisco, se había mostrado compasivo y comprensivo, habían pasado momentos juntos en los cuales se acompañaban mutuamente en su dolor y lo mejor de todo es que él no había probado ni una sola gota de licor. Pero todo ese mundo de ensueño se vino abajo cuando volvieron a pisar España, la vida se había vuelto un verdadero infierno.
Luis Francisco, no había asimilado nada y se había entregado de lleno al alcohol, sus borracheras eran constantes y por lo general acompañadas de sollozos y gemidos. Para Lisa, se estaba volviendo completamente imposible vivir junto a él.
Un segundo viaje reclamó que se mantuvieran unidos, habían asistido juntos a la boda de su hermana Linda, fue precioso verla tan feliz y llena de vida, y a la vez tan doloroso sentir que ella había perdido toda esa felicidad, que jamás la recuperaría, porque ya nada era igual, sin embargo deseó de todo corazón que su hermana fuese feliz, lo merecía realmente y era evidente que el Detective Morgan la adoraba, serían una feliz pareja, él se encargaría de protegerla, Linda jamás volvería a dañar su vida, había llegado su turno de ser feliz.
Al menos la muerte de su hijo había tenido un efecto colateral positivo, su adorada tía había conocido al amor de su vida, solo que todos hubiesen deseado que fuese en otras circunstancias.
Meses después se enteró de una terrible noticia. Marcus Jr, había muerto en una riña en la cárcel, aquello le generó una profunda tristeza, era solo un niño, un joven que comenzaba a vivir, tal cual como su adorado Fede, otra vida dañada y cortada de raíz. Lo más doloroso era tener la sospecha de que nunca se había arrepentido de lo que le había hecho a su pequeño hijo, guardó su rencor hasta el día de su muerte, eso era doloroso, pues cuando nos vamos de este mundo, lo mejor es no llevar cargas a cuestas, ir lo más ligero posible, sin rencores y con las cuentas claras. Lamentaba profundamente aquella irreparable perdida.
Con el tiempo descubrió lo importante que era Manuel en su vida, se había convertido en su sostén, en su mayor apoyo, ni siquiera sus padres comprendían la situación de Luis. Manuel, se había vuelto un completo dependiente de la bebida y su estado de depresión sin duda eran tan grandes que Lisa, temía por su vida.
-Luis, mi amor- le dijo un día que estaba sobrio pero ojeroso- quiero pedirte algo.
-¿Qué cosa?- preguntó sin mucho ánimo.
-Quisiera que. . . .que fuésemos a terapia de parejas.
-No necesitamos eso- declaró firme.
-Si lo necesitamos Luis, nuestro matrimonio cada día esta peor, se está desintegrando, necesitamos ayuda.
-Solo debemos compartir un poco más.
-No es cierto- dijo frustrada- ¡debes dejar de beber!
-No lo entiendes, Lisa. . .
-Lo entiendo perfectamente, sé cual es el dolor que atraviesas, es el mismo que vivo yo.
-Pues lo has superado de maravilla- la acusó.
-Mi calvario va por dentro, no he superado nada, no hay día que no muera un poco por no tener a mi hijo- contestó- no puedo dejarme morir, Fede no lo hubiese querido así, alguien debe ser sensato en esta casa, y en vista de que tú no deseas serlo, me ha tocado a mi. No puedes haberme acusado de superar nada, ¿sabes por qué?, porque aunque te sientas morir por la ausencia de tu hijo- le dijo con ojos vidriosos- jamás puede compararse a lo que yo siento. Tú le viste nacer y crecer, pero Federico vivió sus primeros meses de vida dentro de mi, nació de mi, yo le amamanté, yo ofrecí mi vida en el parto y solo por traerlo a este mundo. Yo, Luis Francisco he tenido que sentir como se seca dentro de mi un fragmento de mi ser y eso se debe a que no me falta alguien cualquiera, me falta un trozo de mi ser. Si al menos pusieras de tu parte todo fuese más fácil.
-Ahora resulta que estamos así por mi culpa. ¡Yo soy el culpable!
-Ambos lo somos- le dijo con voz ahogada- es por eso que necesitamos ayuda, mi amor- se acercó a él y lo tomó por ambas mejillas- sé que estamos mal, pero podemos superarlo.
-Estamos bien- dijo testarudo.
-No lo estamos- negó con ojos llenos de lágrimas- acéptalo, no lo estamos.
-¡Basta Lisa!- dijo enojado- ¡me iré a la oficina!
-Y yo me iré a otra habitación- declaró con las lagrimas resbalando por sus mejillas.
-No puedes hacer eso Lisa, eres mi mujer- la miró con ojos enormes.
-Soy tu esposa, si. Pero ya no soy tu mujer, entiéndelo una pareja se apoya, se ayuda, comparten, son felices. Tu y yo hemos dejado de ser una pareja, tu y yo nos hemos convertido en extraños que duermen en la misma cama, ya nada es como antes.
-¡NADA PUEDE SER COMO ANTES, PERDIMOS A NUESTRO HIJO!
-Con mayor razón debemos estar unidos. Yo te amo Luis, pero cada día me alejas más de ti.
-Te alejas porque quieres- declaró.
-Me alejo porque tu me obligas, tu indiferencia duele, el hecho de que para ti valga más la compañía de una botella que la mía. No compartimos, no nos abrazamos, no me besas, ya ni siquiera hacemos el amor regularmente.
-Basta de reclamos Lisa, me llenas de angustia, lo único que logras es que me de una terrible ansiedad y ganas de. .copy right hot novel pub