Lisa despertó con un inmenso dolor de cabeza, sentía su rostro inflamado y un gran peso en su pecho. Se giró hacia el otro lado de la cama y efectivamente estaba vacío, no había sido un sueño, era real.
Decidió ducharse rápidamente y colocarse un ligero pijama, no tenía intenciones de salir de casa, dejó su húmedo cabello suelto para que pudiese secarse. Bajó a la sala y se encontró con que la mesa no estaba servida. ¿Se habría ido ya Luis Francisco?
-Buenos días, señora.
-Buen día- le saludó amablemente pero sin ningún animo.
-¿Se fue mi esposo a la oficina?
-No sabría decirle, señora. Yo no le he visto salir y no ha pedido desayuno, fui a limpiar su despacho pero la puerta tiene seguro, no quise abrir.
-Por favor trae la copia, quizás se quedó dormido allí.
-Como usted diga.
Tres minutos más tarde caminaba en dirección al despacho de su esposo, con el corazón latiendo desesperado. Introdujo la llave y la giró, luego giró la perilla y entró. Todo estaba a media luz, caminó y se colocó una mano en la boca, todo olía a alcohol y una botella estaba rota en el piso, junto a la base de un vaso roto. Luis Francisco estaba sentado, y recargado sobre el escritorio completamente dormido; seguramente había bebido hasta perder el juicio.
Se acercó a el y acarició su rubia cabellera, sintió la pena alojarse en su pecho.
¡Cuánto lo había lastimado!
-Lo siento tanto, mi amor. De verdad me duele hacerte esto- le dijo, mientras seguía acariciándolo.
-Lisa. . . – lo escuchó balbucear.
Sus ojos se llenaron de lágrimas
-Luis. . . Luis Francisco. . . – lo llamó, agitándolo suavemente- despierta Luis, despierta.copy right hot novel pub