Manuel. . .
Salgo de aquella enorme casa, hecho una fiera, el dolor, la rabia, la decepción me inundan, siempre pensé que Lisa correría a mi lado en cuanto tuviese la más mínima oportunidad.
Pero me equivoque, es obvio que me equivoque. Pues allí estaba ella, jugando a la familia feliz, junto al idiota de su marido. ¿se olvidaba de las lágrimas que derramó por él?, ¿se olvidaba Lisa, de todos los malos momentos que le hizo vivir?, ¿se creía Lisa, que podía jugar así con él? Esperaba que no, porque si era así, le costaría sumamente caro.
-De mí nadie se burla, nadie me humilla, nadie me usa a su antojo- dijo en voz alta.
Si bien es cierto que la amo, que la deseo con locura, que lo único que querría es tenerla a mi lado cada mañana, cada día entero, no es menos cierto que mi orgullo y hombría no están en juego. Si Lisa, pretende jugar conmigo, olvidará mi lado cariñoso, romántico y apasionado, para conocer el lado perverso que guardo dentro de mi.
Puso sumo cuidado en su apariencia, quería verse hermosa, parecer una diosa, quería estar bella para él, para su esposo.
Estaba segura que dentro de pocos minutos él también estaría listo y podrían irse a disfrutar de una gran noche. Pero de pronto el pesar la embargaba, no quería lastimar a Manuel, debía hablar con él y buscar la forma de explicarle que sí, lo amaba pero, el amor que sentía por su esposo era mayor, un amor nacido en la juventud, fomentado y cuidado con tanto cariño y detalles, que los momentos duros que habían atravesado, y que de cierto modo había tambaleado su amor, ahora servían para fortalecerlo. No debía engañarse, era duro decirle adiós a Manuel, él que le había dado tanto, él que había sido un apoyo incondicional para ella, era doloroso apartarlo, pero era un mal necesario.
Su teléfono celular sonó, así que se apartó del enorme espejo y se apresuró a atender la llamada.
Era su hermana.
-Hola, Linda- le saludó.
-Hola mi amor, ¿cómo estás?- su voz suave y dulce la reconfortaba.
-Bien, quizás mejor de lo que he estado en mucho tiempo.- sonrió- estoy intentando arreglar las cosas con Luis. Lo amo Linda y no quiero perderlo.
-Eso es maravilloso Lisa, que buena noticia, me alegra mucho enterarme de que las cosas sean así, ustedes se merecen ser felices y sé que si ponen de su parte, ambos pueden reconstruir esa felicidad que tenían, es más conseguir una felicidad mayor.
-Dios te oiga Linda, nada me haría más feliz. Reconozco que le fallé a mi esposo de la peor manera y en el momento en que más me necesitaba, pero si él está dispuesto a arriesgarlo todo por recuperar lo nuestro, yo también lo haré Linda, me dedicaré cada día a amarlo, respetarlo y luchar por remendar mi falta.
-Me hace tan feliz escucharte, que quiero llorar.
-Llora de felicidad, porque tu hermana es dichosa.- dijo alegre- ¿y tú?, dime cómo estás, ¿cómo te va en tu vida de casada?
-Pues, soy feliz, Lisa- dijo en un suspiro- inmensamente feliz, me casé con el hombre más maravilloso del mundo, uno que no tengo que compartir uno que me hace tan feliz, soy dichosa, además te llamaba porque quería darte una estupenda noticia.
-Tú dirás, pequeña.
-Serás tía. Estoy embarazada, Lisa.
-¡Oh, por Dios!- gimió Lisa, mientras sus ojos se cristalizaban con lágrimas de alegría- ¡es maravilloso, mi amor!, ¡que noticia tan esplendida, la mejor de todas!
-Soy tan dichosa, Lisa.
-Muchas felicidades mi amor, te mereces toda esa dicha y mucho más
-Pero a la vez me entristezco porque. . .
-No debes hacerlo- le dijo sincera- la dicha llama nuevamente a nuestras puertas. Seamos felices, mi amor, muchas felicidades para ti y Saúl. Se lo merecen.
-Muchas gracias cariño, sinceramente muchas gracias.
-Nada de eso, gracias a ti por darme la dicha de ser tía.
-Espero sea una niña, preciosa como tú- dijo y ambas rieron- ahora debo dejarte, tengo un policía en casa que está famélico.
-Seguro nena, saludos y felicidades nuevamente.
-Gracias, te amo.
-Y yo a ti, mi Linda querida- luego de aquellas palabras colgó la llamada con la felicidad inundándola, pero con un pequeño y amargo sabor de boca. Su Fede, estaría feliz de tener un primito, es justo lo que le hubiese hecho inmensamente feliz.
Decidió alejar la tristeza, no había lugar para ella, su hijo hubiese estado feliz de saber que sus padres estaban dispuesto a intentarlo.copy right hot novel pub