Lisa se estiró con pereza, estaba durmiendo tan bien que se negaba a abrir los ojos, de pronto sintió el calor que emanaba aquel cuerpo junto a ella, y sonrió. Cuando abrió los ojos, se topó con la dulce mirada de su esposo, quien la observaba con una enorme sonrisa en su rostro.
-Buenos días, hermosa.
-Buen día, mi amor- le dijo sonriendo- no hay nada mejor que verte cuando abro los ojos. Sí- se corrigió- si hay algo mejor, y es verte cuando estoy por cerrar mis ojos cada noche- lo abrazó- dormí como un tronco, hacia mucho que no descansaba tanto.
-Yo también tuve una excelente noche. Ahora a levantarse princesa, debo ir a trabajar.
-Como usted diga- le besó la mejilla y se dispuso a levantarse de la cama.
Lisa, estacionó su auto frente a la clínica, debía realizarse los exámenes que Luis, le pedía, debía salir de eso pronto para darle seguridad. Obvio le había dolido un poco aquella petición, pero era evidente que tendría la necesidad de asegurarse no solo de que no estuviese embarazada, sino del estado de salud que tuviese, a fin de cuentas él no había dormido con nadie más, había sido ella la que faltó a su matrimonio, así que él quería cerciorarse de su salud.
Aquella propuesta de renovar los votos había sido increíble, la emoción la embargaba y se sentía tan dichosa como hacia tantos años, cuando había preparado su boda. Debía iniciar con los preparativos de aquella sencilla ceremonia.
Estaba tan feliz.
-Buenos días- le saludó la recepcionista- ¿en qué podemos ayudarle?
-Necesito hacerme algunos exámenes, dentro de ellos; una prueba de embarazo.
-Muy bien- le sonrió- ¿me permite sus datos, por favor?
Minutos más tardes Lisa, salió de aquel lugar sintiéndose feliz, estaba tan dichosa de saber que había recuperado a su esposo. Pero ahora le tocaba la prueba más difícil de todas. . . enfrentarse a Manuel.
Manejó en silencio y completa calma, intentando mantener la mayor tranquilidad posible, sabía que aquello sería difícil, pero debía llenarse de coraje, solo rogaba para que Manuel, lo entendiera de la mejor forma posible.
Estacionó su auto, frente a la casa de él y respiró varias veces. Bajó y se encaminó a la entrada, introdujo la llave y se permitió el acceso al lugar. Todo parecía sereno y bastante calmado, por un momento se imaginó que él no estaba en casa.
-Eres tú- la fría voz de Manuel, la sobresaltó. Allí estaba él, mirándola muy seriamente.
-Hola, Manuel- le dijo bajando la mirada, pues estaba avergonzada y no sabía muy bien como comportarse. Sabía que terminaría lastimándolo, sin remedio alguno.
-Pensé que habías olvidado esta dirección- la acusó.
-Han sido día bastantes complicados.
-No me parece nada complicado estar en casa junto a tu marido- dijo amargamente y ella suspiró.
-Comprendo que estés enojado.
-¡Estoy frustrado Lisa, no comprendo que hice mal y la verdad me desconcierta tu actitud!
-Comprendo que te sientas así Manuel, es por eso que estoy aquí.
-¿Viniste a retomar lo nuestro?, ¿a olvidar este paréntesis innecesario?- preguntó con voz temblorosa.
-No Manuel, no he venido a eso- sus ojos se cristalizaron- he venido a darte una explicación de porqué he decidido salvar mi matrimonio.
-¡ESO ES ABSURDO, LISA!- explotó gritando y comenzó a llorar.- ¡ME AMAS, LO HAS DICHO!
-Es cierto, pero. . .copy right hot novel pub