Lisa, corrió desesperada hasta subirse a su auto, se apresuró a darle vida al motor con la firme determinación de salir de allí. Sus manos temblaban, su cuerpo estaba agitado y su corazón desesperado, parecía querer saltar fuera de su pecho.
No pensó que Manuel, lo tomaría de las mil maravillas, pero tampoco se imaginó que se pondría tan violento. Mientras manejaba, sus ojos se empañaron de lágrimas, aún podía temblar de miedo y es que él se había comportado de forma tan extraña, tan violenta, parecía loco, si, parecía haber perdido el juicio, estaba completamente fuera de si.
Recordó sus amenazas y tembló. Rogando a Dios que solo fuesen eso; amenazas.
Llegó a casa más tranquila, sin embargo era inevitable no estar asustada.
Su teléfono sonó y era él; Manuel. No quería responder a su llamada, por eso la cortó esa y las cinco veces siguientes, pero a la séptima vez que llamó la angustia comenzaba a apoderarse de ella.
-Déjame en paz- dijo nada más responder- no me llames.
-¿Cómo te atreviste a golpearme?- dijo furioso- eso estuvo muy mal, Lisa.
-Solo quiero que me dejes en paz. No arruines la imagen que tengo de ti, Manuel. No lo hagas, por favor.
-Me importa un demonio mi imagen. Volverás conmigo Lisa, aunque sea lo último que haga- dijo y sin más cortó la comunicación.
Lisa, quiso echarse a llorar, tenía miedo, no pensó que Manuel, pudiese ponerse tan violento. Intentó tranquilizarse, bajó del auto y entró a la casa.
-Señora- le saludó la chica.
-Hola Mary- respondió intentando sonar tranquila
- ¿Está usted bien?- le preguntó al chica preocupada- está muy pálida.
-Solo un pequeño malestar por su susto. . .yo. . .casi atropello a un animal y. . .
-Eso es horrible, señora.
-Si, pobre. . . perro, me dio un susto terrible- mintió.
-Me encantaría enviarla a descansar, pero tiene visitas.
-¿Visitas?, ¿Quiénes?
-La señorita Sthephaniee. Y también sus padres.
-Oh, que agradable sorpresa.
-Están esperándola en la sala.
-Bien, voy con ellos- dijo sonriendo.
Llegó a la sala con una enorme sonrisa en los labios.
-¡LISA!- gritó la joven arrojándose en sus brazos. Lisa, la recibió de buena gana, esa chiquilla se había ganado su corazón. Era tan dulce y buena, era un pequeño regalo de su Fede.
-Pequeña- la abrazó- que bueno verte, tenía días sin saber de ti.
-He estado ocupada en clases, ya sabes como son los profesores, quieres exprimirnos el cerebro- sonrió.
-Pero da buenos resultados- le aseguró besando su frente- Hola ma, hola pa, que bueno tenerlos aquí- caminó hasta ellos y los besó en las mejillas, luego los cuatro se sentaron y Lisa, ordenó que trajeran galletas y refresco.
-¿De donde vienes?- dijo su padre- te hemos estado esperando hace una hora.
-Estaba. .copy right hot novel pub