Pasaba mediodía cuando llamó a su hermana.
-Hola, cariño- le respondió la llamada.
-Linda, mi amor, ¿cómo estás?
-Embarazada- dijo alegre- y muy feliz- dijo riendo- todo en órden Lisa, ¿tú cómo estás?
-Bien, afortunadamente por aquí todo está bien. Lucho por recuperar mi matrimonio, lo hago con la mayor disposición del mundo.
-Todo saldrá muy bien, ya lo veras- la animó- Luis y tú se adoran, saldrán de ésto.
-Que así sea- dijo con un suspiro.
-Marcus me llamó, quiere hablar conmigo- confesó con un suspiro.
-¿Qué?- dijo sorprendida- es que este hombre no tiene límites Linda, ¿cómo se atreve?
-Yo también pienso que ambos nos debemos una conversación Lisa, sólo que no sé si él esté preparado emocionalmente para hablar.
-¿Y tú?, ¿lo estás?- preguntó con el ceño fruncido.
-Sí, yo me siento preparada, creo que las heridas han sanado completamente, s evidente que jamás superaré lo que hizo su hijo, pero podríamos conversar de buena manera, me inquieta la actitud de Marcus, solo espero que haya madurado.
-Todo estará bien, seguramente ha aprendido la lección.
-Eso espero- dijo suspirando- soy demasiado feliz Lisa, casi completamente y no lo echaría a perder.
-No, no la hagas. Saúl, no lo merece- dijo con voz triste pero decidida.
-Si. . . debo dejarte, preparo la cena para mi detective favorito y creo que se quema- Lisa, estalló en carcajadas.
-Corre cariño, cuidado con un incendio, tu marido es policía, no bombero- fue el turno de Linda, de reír- besos, te quiero.
-Y yo a ti, mi amor- le respondió, antes de cortar la comunicación.
Pasó la tarde en la piscina, leyendo un poco, intentando despejarse de las preocupaciones que llegaban a ella. Todo estaba bien, pero a veces se preguntaba si podría recuperar la vida que antes tenía, esa donde ya no estaba Federico, siempre terminaba concluyendo lo mismo; No, no podría, ya nada sería igual, no sería feliz absolutamente, pero al menos si podría recuperar un fragmento de esa felicidad que una vez tuvo entre sus manos.
-Estás muy concentrada- escuchó la masculina voz y levantó la vista para toparse con los verdes ojos de su esposo.
-Siempre lo hago cuando leo- le dijo con una sonrisa haciéndole señas para que se sentara junto a ella. Luis Francisco, llegó hasta ella y depositó un tierno beso en su frente, uno en su mejilla y otro en su boca, para luego sentarse a su lado- ¿Cómo te fue hoy?- cerró el libro y se giró para prestarle toda su atención.
-Bien- dijo- aunque muy agotador- se aflojó la corbata y luego se quitó la chaqueta, colocándola a un lado- hubo ciertos inconvenientes con los socios de Australia, sin embargo pudimos llegar a un acuerdo y todo terminó en un buen punto.
-Siempre has sabido manejar las negociaciones- lo miró con orgullo- es lo tuyo, digamos que en esas situaciones eres un pez en el agua, no me extraña para nada que hayas solucionado a tu favor.
-A favor de todos- la corrigió- si todos estamos bien, los trabajos fluyen en armonía, lo que genera excelentes relaciones y resultados, no nos conviene generar fricciones entre nosotros- Lisa, lo mira con admiración, se pone en pie y se sienta en el regazo de su esposo, le rodea el cuello con los brazos y lo mira fijamente.
-Eres muy bueno en lo que haces- le sonríe- es más, eres el mejor en lo que haces. Siempre sabes resolver los problemas.
-No siempre- dijo con voz triste y la nostalgia nubló su vista.
-No- dijo Lisa, de inmediato, abrazándolo con fuerza- no lo hagas, no pienses en eso Luis Francisco, no lo hagas, mi amor. Estamos bien, eso es lo único que importa.
-Tienes razón- dijo sonriendo y alejando la tristeza de él.copy right hot novel pub