Tal vez fue su locura o su odio.
No lo sabía.
Pero quería matar a todos, quería acabar con su propia familia.
Miro el castillo que yacía frente a él, sonrió de lado y se acercó a las grandes puertas.
-¡Déjenme entrar! - grito Leopoldo
-Señor Leopoldo pase - ambos guardias hicieron reverencia y las grandes puertas fueron abiertas
Leopoldo entro con elegancia.
-Quédense aquí y no dejen que nadie entre - susurro Leopoldo a sus sirvientes.
Ellos asintieron.
Camino hacia la sala y visualizo a su padre con un libro en manos.
Las fotografías deslumbraban el salón y miles de recuerdos vinieron a su mente.
Sacudió aquellos tontos recuerdos y siguió su camino.
Su padre se percató de su presencia y le dio una cálida sonrisa.
-Hijo mío que bueno verte - susurro, se acercó a su hijo y le dio un abrazo.
Leopoldo sintió asco.
-Lo mismo digo padre - ambos hombres se separaron.
-¿Qué noticias nuevas traes? - Leopoldo se sirvió una copa de vino, se sentó sobre el suave sillón y le dio una sonrisa sarcástica a su padre
-Muy pero muy malas noticias padre - su padre cambio de expresión a una preocupada
-¿Malas noticias? - Su padre pregunto y Leopoldo asintió
-Ayer asesinaron a tu queridísimo hermano - soltó con brusquedad
-¿Qué? - sintió un fuerte dolor en su brazo derecho y su vista se nublaba
-Si padre y yo lo mate - dejo caer su copa y lentamente se acercó a su padre con una sonrisa macabra
-Mientes - susurro débilmente, Leopoldo tomo del cuello a su padre y lo apretó fuertemente
-No padre, no miento. Yo lo mate y lo mismo haré contigo - soltó una carcajada
-¡Suéltalo! - grito un guardia. Leopoldo observo que más guardias se acercaron a aquella escena.copy right hot novel pub