"Aleckey"
"Aleckey"
"Bello durmiente"
"Despierta"
"Mi rey"
"Ven a mí"
"Ven a la oscuridad"
Susurros, escuchaba a la lejanía susurros.
Voces gélidas y apagadas, estaban llamándolo y él no podía responderles.
"Despierta bello durmiendo"
Aleckey nuevamente cayó en la oscuridad.
Horas más tarde abrió suavemente sus ojos, sintió que la luz lo cegaba, su cabeza palpitaba y un olor putrefacto inundo sus fosas nasales.
-Bello durmiente - Aleckey se sorprendió al escuchar aquella voz, una voz varonil, una voz conocida - al fin despiertas primito, ¿Qué tal dormiste?
Aleckey intento moverse, pero tenía todo su cuerpo amarrada a la camilla con cintas negras.
-Traidor - sentencio Aleckey
Pero a Leopoldo aquello no lo afecto, era como escuchar la voz chillona de Amelia.
-Muchas gracias - susurro Leopoldo. Él miraba atentamente Aleckey, soltó una carcajada y continuo - me da mucha pena, pero esto te mereces por haberme quitado todo. Ahora morirás y luego mi adorada Minesa vendrá a mis brazos pidiendo refugio. Sera mía.
-Ella nunca amaría a un asesino como tú, a comparación de mí, tú asesinas por placer, mataste a tu padre sin ningún remordimiento, sin ninguna culpa, asesino - soltó con todo enojo Aleckey
-Soy un asesino, duele, duele - Leopoldo hablo con voz fingida, poso su mano derecha a la altura de su corazón y fingió dolor, luego observo a Aleckey y le dio una sonrisa - eres tan patético primito
-¿Por qué mataste a tu propio padre? ¿Por qué mataste a mi padre? - Aleckey esperaba que Leopoldo respondiera, pero el simplemente se quedó callado observándolo, su mirada fría y desconocida.
Era un desconocido, no era aquel muchacho de sonrisa amable que siempre pedía perdón, que amaba recoger flores en el bosque para su madre, que anhelaba defender a su familia, ante todo, pero había desaparecido.
-Sabes primito, hace mucho tiempo me acuerdo que corrí por los bosques buscando las flores de loto, las favoritas de mi madre. Llegue a una hermosa catarata, las aguas cristalinas, era tan mágico, alrededor entre las rocas flores de loto relucían. Cogí unas cuantas y cuanto tuve un pequeño ramo decidí irme a casa, pero me impidieron el paso. Fue una bruja de cabellos dorados y voz suave, tan suave. Me susurraba que arrancar flores era malo y cada vez que lo hacia ellas lloraban. Me hizo prometer nunca más arrancar una de ellas y a cambio me contaría un secreto. A la mañana siguiente fui aquel lugar y ahí la encontré, me relato la historia del primero de nuestra especie, de Junior y que antes de ser uno de nosotros, había amado y aquello lo convirtió en un monstruo.copy right hot novel pub