LUCIANA
— ¡Qué, qué! — grita Rebecca — ¡Oh por Dios!, ese es el destino — dice emocionada — Tú no creías en el. Yo te lo dije muchas veces, que tarde o temprano la vida te lo pondría en tu camino nuevamente.
Mi amiga exaltó de emoción cuando le dije que lo había vuelto a ver, y que él era como quién dice mi nuevo jefe.
Ella siempre decía que si las cosas pasaban por algo, supuestamente.. significaba porque el destino nos ponía en nuestras vidas oportunidades que nunca teníamos que dejar pasar.
No sé de dónde se había vuelto tan ingeniosa para ese tipo de cosas. Quizás el tiempo que se junto con unos hippies le metieron ideas extrañas.
— Y sigo no creyendo — respondo, me deje caer en el sofá.
Ella se encontraba viendo una de sus series policíacas, era fan de ese tipo de programas. En cambio yo, prefería leer un libro, pero hoy quise pasar el rato con mi amiga.
Normalmente siempre llegaba del trabajo después de las siete de la noche y ella salía a las cinco de la tarde, de su trabajo y rara vez la miraba a estas horas en casa.
Rebecca últimamente se la pasaba gran parte de su tiempo con su nuevo "amiguito", no podía decir novio, porque ella decía que solo eran amigos con derecho. Esas relaciones extrañas que ella acostumbraba ha tener no me gustaban mucho, ya que en alguna ocasión tuvo problemas con uno que le salió violento, y cuando intento alejarse de él la amenazó y la agredió verbalmente, y que si no volvía con él se desquitaría en el futuro.
Eso sucedió poco antes de que nos mudamos al departamento, por un tiempo se quedó tranquila y no busco "amiguitos nuevos" pero después de tres meses regreso a las andadas.
Por más que la regañara y dejara de hablarle por un tiempo, no le importaba y volvía hacerlo. Hasta ahora hace poco que conoció al tal Peter, es de los pocos que me han caído bien. Hasta este momento es el único que la ha tratado bien, como ella se lo merece. Pero eso sí, hay cosas de él que no me agradan, como andarse en bóxer por casi todo el departamento, sin importarle que yo este presente. Es un chico simpático, pero descarado.
— Sabía que tarde o temprano se volverían a reencontrar. ¡Qué emoción! — grito emocionada, parecía más feliz que yo.
Bueno, en realidad no sabía cómo sentirme, estaba algo preocupada con el temor de que trabajaremos juntos, pero por otra parte me agrado volver a verle, saber que se encontraba bien y que nada de lo que sucedió entre nosotros le haya afectado. Quizás ya había hecho lo que le pedí antes de marcharme de su lado, y la verdad pensar en ello me dolía, no sé porque razón, se suponía que ya había superado todo.
— No creo que así lo sea — respondo con desánimo.
— ¿De qué hablas?, yo más que nadie se todo lo que has llorado y sufrido por esa ruptura, se que lo extrañabas, y aunque me digas lo contrario, se muy bien que lo sigues amando.
Rebecca siempre salía con lo mismo, y tenía razón, ella más que nadie había visto mi sufrir y limpio cada lágrima que había derramado por él. Pero aún así nunca lo odio, ella decía que debía darle una oportunidad, que debería haber dejado que me explicara todo, ya no perdía nada por escucharlo. Pero lo que ella no entendía o más bien no comprendía, era como dolía amar a esa persona a la que le entregaste tu cuerpo y tu alma, y que terminó defráudate como lo hicieron al igual mis padres.
Era un dolor que no se podía explicar, que solo se sentía y que solo con viviendo lo podrías llegar ha entender. Rebe nunca se había enamorado, mucho menos sabía lo que era un corazón roto, por eso para ella era fácil superar todo.
No la juzgaba, tampoco le reclamaba el porque se metía en mis asuntos, nunca lo hice, yo compartía mis alegrías y mis tristezas con ella, por eso respetaba sus opiniones, pero eso no significaba que fuera hacer lo que me aconsejara.
No sabía realmente si quería escuchar la verdad o lo que sea que tenga para decirme Erick, la verdad a estas alturas ya nada de eso me importaba. Pero haberlo visto de nuevo, volverlo a tener tan cerca de mí, hizo que me dieran ganas de correr a sus brazos, lo extrañaba lo admito, pero no quería aceptarlo enfrente de mi amiga, y mucho menos a él.
— Hace más de un año te dije que eso ya no importaba, que lo que sentía por él, ya no significaba nada.. — suspire, era difícil admitir que aún me dolía, pero más, que había pasado el tiempo y nunca cambió nada respecto a mis sentimientos, que todo seguía igual — Él.copy right hot novel pub