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¡Vuelve conmigo,mi cariño!

Capítulo 178: Hacemos un matrimonio concertado

Álex yacía en sus brazos, sintiendo claramente su pecho tembloroso.

Lo abrazó, ya sea que amase a mamá o no, la ansiedad y la culpa que sentía en ese momento no eran falsas.

—Vamos a buscarla.

Alain le hizo mirar a sus ojos y preguntó:

—¿Vamos?

—Vamos.

Álex respondió sin dudarlo.

—Pero ¿y mi hermana? Si mamá no está, yo no estoy, seguramente creará problemas.

Álex estaba preocupado.

—Papá.

Alessia apareció de repente, al ver a Alain salió corriendo de la habitación a toda pastilla, estiró los dos bracitos carnosos, blancos y tiernos y abrazó con fuerza las piernas de Alain.

—Papá.

Inclinó la cabeza hacia atrás, haciendo pucheros con su boquita rosada y dijo:

—Papá, ¿puedes dejar a mi hermano y abrazarme?

Al hablar, la pequeña parpadeaba con los ojos agrandados.

—Mi hermano es un hombre y ya no necesitas ser abrazado, puedes abrazarme.

Álex.

—...

Alain se puso en cuclillas y sostuvo a la niña en sus brazos. La pequeña llevaba un vestido rosa, la hicieron una coleta, tenía pelillos en los laterales, se podía ver claramente su frente y sus ojos grandes y hermosos. Abrazó a Alain de cuello con fuerza y ​se frotó la cara con la suya.

—Papá, has vuelto, ¿por qué no estaba mamá contigo? Hace unos días que no la veo, aún no nos hemos separado tanto tiempo, la echo de menos.

Alain miró a lo lejos y abrazó a las dos cabecitas, puso su voz lo más suave posible y dijo:

—Os llevaré a buscarla.

—¿De verdad?

Alessia estaba un poco emocionada.

—¿Mamá está jugando al escondite con nosotros? Entonces la vamos a buscar.

—Sí.

—¡Qué emocionante!

El cuerpecito excitado de Alessia se retorcía en sus brazos y Álex no era tan optimista como ella.

—Qué bueno es ser una pequeña.

Alessia escuchó eso y giró la cabeza para mirarlo.

—Solo naciste unos minutos antes que yo, no eres mucho más mayor que yo. Incluso, la abuela dice que sobras.

Álex frunció el ceño y su carita se arrugó diciendo:

—La abuela dijo que tú sobrabas, ¿de acuerdo?

En ese momento Isabel salió de la casa, con un delantal puesto y puso las manos frente a ella.

—Entrad, ya es hora de comer.

—Abuela, a que el hermano sobraba, ¿cierto?

Para demostrar que sus palabras eran ciertas, Alessia preguntó adelantando a Álex.

Parecía como si quien hablaba primero, tenía la razón.

La mente de esa pequeña se podía entender de un vistazo, era mucho más simple que la de su hermano. Isabel se rio y bromeó con ella:

—Tú eres la que sobras.

Alessia ya no estaba contenta e hizo pucheros con su boquita.

—¿Por qué mi hermano no sobraba? Es tan... odioso...

Le quitó los brazos de papá.

¡Lo odiaba!

Isabel miró a Alain antes de hablar.copy right hot novel pub

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