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¡Vuelve conmigo,mi cariño!

Capítulo 101: La violaba

Ese lugar no parecía ni bar ni restaurante, pero tenía una decoración muy lujosa. El ambiente era muy tranquilo, solo de vez en cuando pasaban algunas personas.

Cynthia estaba confundida.

—¿Qué lugar es este?

—Un bar.

Flavio caminó hacia la habitación privada que estaba al final del pasillo tomándola de la mano.

Cynthia frunció el ceño.

—Qué raro que haya un bar tan tranquilo.

—Este es un bar privado, no está abierto al público, sino solo para algunas personas.

Flavio explicó.

—Aquí es más tranquilo.

—Ah.

Pronto llegaron a la habitación privada. Flavio abrió la puerta de la habitación privada. La cálida luz amarilla era un poco oscura. La habitación privada era muy grande. Había una fila de sofás de cuero negro al fondo, frente a los asientos una mesa redonda con dos botellas de vino tinto y dos copas encima.

Cynthia miró a Flavio.

—¿Lo has organizado de antemano?

La expresión de Flavio se tensó por un instante, pero luego rápidamente volvió a la naturalidad y dijo:

—Soy cliente VIP del establecimiento. Esta es mi habitación privada fija, y los vinos que hay son botellas que había guardado antes aquí.

Cynthia entró.

—Recuerdo que no te gusta beber.

Flavio se quedó en la puerta, mirando su esbelta espalda se quedó aturdido por un momento.

—La gente siempre cambia, ¿no? Soy humano como todos, tengo emociones y deseos, por eso también me pongo triste porque la persona que amo no siente lo mismo por mí.

Había algo entrelínea en sus palabras.

Cynthia también notó que estaba insinuando algo.

Fingió estar tranquila para echar un vistazo a la habitación privada. Luego extendió la mano para tocar la pantalla de la lámpara, dio golpecitos en la botella de vino y jugueteó con la copa.

—Hay millones de personas en el mundo, el hecho de poder encontrarnos el uno con el otro ya es porque nos ha unido el destino. Sin embargo, está lo de que no todas las relaciones terminan bien a pesar de haber tenido la bendición del destino. Hay un dicho que nos cuenta que lo que nos está asignado en la vida siempre nos aparecerá, de lo contrario, tampoco hay que obsesionarse.

Flavio sonrió agachando la cabeza.

—Sigues tan elocuente, no me dejas sacar ninguna ventaja, ¿no sabes que hay que respetar a los viejos?

Cynthia volvió la cabeza y le sonrió.

—Todavía no eres viejo. Para mí, siempre serás el doctor con bata blanca y gafas que me pregunta sobre la condición de Bruno afablemente y me cuida como a un hermano mayor. No me he olvidado de nada.

Flavio abrió la botella de vino para servir vino.

—Dejemos de hablar sobre las cosas del pasado.

Porque temía sentir misericordia y no ser capaz de violarla.

Sin embargo, si no la violaba, lo de Yaiza y Alain sería imposible, ni podrían utilizar el matrimonio de las dos familias para lograr un buen futuro a la familia.

Sirvió dos copas de vino.

—Deja de mirar, ven a beber conmigo.

Cynthia se sentó en el sofá y tomó el vino que Flavio le había servido.copy right hot novel pub

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