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¡Vuelve conmigo,mi cariño!

Capítulo 115: Te postras ante mí

—¿De qué tonterías estás diciendo?

Flavio no quería que lo expusieran.

Incluso si ella tenía razón.

—Está bien, tómatelo como una tontería.

Yaiza tampoco quería discutir con él, ahora no era el momento de discutir sobre eso.

Lo más urgente era pensar en cómo afrontar la situación actual. Isabel se escapó y Cynthia pronto se enteraría.

—¿En dónde te descubrió y se escapó Isabel?

Preguntó Yaiza.

—En la orilla del río que está antes de entrar a la aldea.

Ese lugar estaba muy cerca de allí. Si Isabel proporcionara pistas, Cynthia debería poder encontrar ese lugar pronto. De modo que ahora ya no era seguro estar allí.

No podían esconder a Álex allí.

—Tenemos que irnos y buscar otro lugar para esconder a este mocoso.

Yaiza entrecerró los ojos.

—Ahora sólo podemos llevarlo lo más lejos posible, es mejor que Cynthia no lo encuentre nunca.

Ese era su hijo, sabiendo que su hijo se había perdido y muerto, se volvería loca, ¿no?

—Nuestro plan es secuestrarlo. Cuando Cynthia prometa casarse conmigo, lo dejaremos ir...

—¿Y luego?

Yaiza lo interrumpió.

—¿Cynthia será tu esposa obedientemente? Deja de soñar, solo controlando a este pequeño en tus manos para siempre, ella se quedará a tu lado, ¿entiendes?

A esas alturas, no podía echarse atrás.

Flavio volvió a colocar al desmayado Álex en el asiento trasero.

—Buscaremos otro lugar. Salgamos de aquí primero.

Yaiza se subió a su auto. Cuando estaba a punto de arrancar se encontró con el todoterreno negro que estaba viniendo. La pintura negra azabache envolvía la capa de hierro fuerte, y los bordes denotaban dureza. Ese era el auto de Alain, Kuris.

Ella lo había visto.

El rostro de Yaiza cambió de inmediato y le gritó a Flavio.

—Vámonos rápido.

Pero ya era demasiado tarde. Alain pisó el acelerador y giró el volante, derrapando sesenta grados en los baches se detuvo en la puerta sin dejar de bloquear la entrada.

El auto de Flavio no podía salir.

Cynthia se bajó rápidamente del auto para ir a buscar a su hijo en el auto de Flavio.

Flavio también se recuperó del cambio repentino. Como estaba más cerca de Álex, dio media vuelta, tiró de Álex y lo cargó en sus brazos.

Cynthia llegó tarde.

—¡Devuélveme a Álex!

Fue a abrir la puerta del asiento del asiento de conductor. No obstante, Flavio cerró la puerta con llave, así que Cynthia no podía abrirla. Solo podía ver a su hijo a través del cristal negro. No podía ver si estaba herido, pero su rostro parecía estar hinchado.

Golpeó frenéticamente el cristal de la ventana, el cristal temblaba por sus golpes.

—¡Flavio, baja y dame a Álex!

Flavio no se atrevió a mirarla, apartó la cabeza para evitarla.

—Flavio, baja, hablemos a buenas, devuélveme a Álex, ¿vale?

Cynthia suplicó.

—¿Quieres a tu hijo? Claro que sí.

En ese momento Yaiza se acercó.copy right hot novel pub

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