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¡Vuelve conmigo,mi cariño!

Capítulo 120: Son tus hijos

—Yo...

Sus pensamientos internos eran complicados y contradictorios. Tenía que admitir que sentía algo por Alain, pero a la vez, no se atrevía a admitirlo.

Tampoco quería pensarlo detenidamente.

Sentía algo borroso. Tampoco tenía intención de romper esas emociones tan vagas e ir al fondo para averiguar si era amor o no.

Dolía al pensar demasiado.

Cuando Isabel se lo preguntó así sin más, no supo qué responder. En su interior pasaron un montón de emociones al mismo tiempo.

—¿Por qué no hablas?

Los ojos de Isabel se enrojecieron.

—Quizá te trate muy bien ahora, pero ¿has pensado en el futuro? ¿Puede aceptar a Álex y Alessia? ¿Estás segura de que nunca le va a importar?

—Mamá, no quiero pensar en eso ahora. Por cierto, es posible que tengamos que vivir aquí por un tiempo. Me temo que nuestro apartamento no es seguro.

Con la última frase cambió deliberadamente de tema.

Pero Isabel no estaba dispuesta a dejar de lado ese tema.

—¿Es por él cuando quisiste volver al país?

Si no regresaban, tal vez esas cosas no sucederían.

Cynthia bajó la cabeza y no dijo nada.

Obviamente le había dicho que sí con su silencio.

Isabel quería decirle que no se dejara llevar por lo bueno que veía ahora.

Cuando las palabras llegaron a su punta de la lengua, cambió de idea.

—Tú decides tus asuntos.

Ella era una adulta y tenía sus propios pensamientos e ideas.

Demasiada interferencia se convertiría en agobiarla.

Isabel suspiró.

—Pues vivamos aquí, la seguridad de los niños es lo más importante.

Pensando en lo que había hecho Flavio, todavía sentía un miedo persistente.

Cynthia sabía lo que le preocupaba y dijo:

—No te preocupes, me protegeré.

Dentro de la villa.

Alain puso a Álex dormido en la habitación de la planta baja para que siguiera durmiendo.

Vega estaba mirando en la puerta.

Había seguido a Alain desde que entró, como si tuviera mucho que decirle.

—¿Ya lo sabes?

Vega preguntó en la puerta.

Alain cubrió a Álex con una colcha y se enderezó para mirarla.

—¿Saber el qué?

Vega se puso ansiosa.

—Lo de que son tus hijos.

La mirada de Alain se volvió descontenta, parecía que el tema de conversación que Vega había sacado estaba rozando sus límites.

O, de repente alguien le preguntó sobre las cosas que deliberadamente ignoraba, obligándolo a enfrentarlas directamente. De allí su descontento.

Vega frunció el ceño, la actitud de Alain le pareció muy rara, se preguntaba por si había supuesto mal.

¿Por qué sentía que la frialdad estaba invadiendo su alrededor?

Vega suspiró. Luego corrió a sacar esa foto, se acercó a la cama y la comparó con el rostro de Álex.

—Mira..copy right hot novel pub

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