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¡Vuelve conmigo,mi cariño!

Capítulo 60: La deuda del hijo lo paga la madre

¿Cómo? ¿Álex había sido secuestrado?

Cynthia se levantó tan rápido que el muslo se rozó con el cajón, pero no sintió dolor.

Solo estaba preocupado por la seguridad de su hijo.

El miedo y la ansiedad le invadió, aunque Álex normalmente pareciera más maduro que los demás niños de su edad, seguía siendo un niño.

Salió corriendo de Diseños LEO, y se metió en el coche pisando el acelerador a fondo.

Cuando se encontraba con semáforos rojos en el camino, agarraba fuertemente al volante, deseando poder volar hasta la comisaría.

Ya habían pasado veinte minutos hasta que llegó.

Fue guiado por el agente hasta la sala de interrogatorios.

Alain y Álex estaban sentados de cara a cara.

—Bicho, cuéntame, ¿por qué querría secuestrarte?

Alain miró fijamente a este niño que aparentemente era muy pequeño, pero ahora mismo estaba tan sereno.

A pesar de que le incriminó, Alain admitía que este niño era muy listo.

Se preguntaba cómo serían sus padres para tener un hijo tan sobresaliente.

Álex no hablaba, se cruzó los brazos, solo decía que él le había secuestrado.

Cynthia al entrar vio a su hijo, se lanzó hacia él y lo abrazó fuertemente. Le miró de arriba abajo:

—¿Te hiciste daño?

Álex negó con la cabeza:

—No te preocupes mamá, estoy muy bien.

—¡¿Bien?! ¿Cómo que bien?, te han secuestrado. ¿No eras muy listillo normalmente? ¿No te había dicho que no puedes hablar con extraños o comer de lo que te den los extraños? ¿Cómo te pueden secuestrar aún?

Cuanto más querías a alguien, más te enfadabas y le regañabas.

Esta frase se podía aplicar justamente ahora a Cynthia, muy pocas veces hablaba con este tono a Álex.

Esta vez le asustó de verdad.

Se le enrojecieron los ojos a Álex y acarició la cara de Cynthia:

—Lo siento mamá, siento haberte preocupado.

Se enterneció Cynthia y abrazó fuertemente a su hijo, apoyándose su abrazo:

—Mamá no quiere regañarte, solo estaba preocupada por ti.

Álex esnifó la nariz:

—Lo sé.

Dijo mientras miraba hacia el hombre que también le estaba mirando ahora. Lo volvería a hacer si se repitiese la situación.

Ya se tranquilizaba Cynthia, ¿Quién era el hijo de puta de atrevió a secuestrar a su hijo?

Soltó a Álex y se puso de pie:

—Sargento…

Antes de que dijese nada vio al hombre que estaba esposado sentado enfrente de la mesa, se le paró durante unos instantes la respiración. ¿Qué hacía él aquí?

—Tú…

Se sentía muy confusa, ¿qué había pasado aquí?

Alain no paraba de mirar de Álex a Cynthia, pues sí que se parecían bastante el niño y Cynthia.copy right hot novel pub

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