Clara le miró, con sus grandes ojos reflejando las luces de neón de la calle:
—Bueno, vamos a conocer al director. El tiempo es suficiente.
—¡No! —Lucio rechazó directamente la propuesta de Clara por primera vez. Pensó que no podía consentirla más. Su paciencia se ponía a prueba cada día.
—Pero se lo he prometido, no puedo cancelar la cita en nombre de su asistente.
—Te he pagado un vestido caro hace un momento. ¿No vas a compensarme primero? —Lucio se puso delante de Clara con una sonrisa de rufián.
—¿Qué quieres? —Clara le miró con recelo. Luego dijo con firmeza: —¡No voy a renunciar a mi dignidad por dinero!
—Bueno, no voy a dejar que hagas nada indigno. Sólo ven a mi casa, prepara la cena y el desayuno durante un mes.
—¿En serio?
Clara se quedó atónita.
Lucio asintió con la cabeza.
—No, no puedo.
—Bueno, devuelve dinero ahora mismo —Lucio se dio la vuelta con una sonrisa más grande.
Clara no sabía qué debería decir, se sintió confundida.
Lucio después de dar dos pasos hacia adelante, vio a Clara todavía de pie donde ella estaba. Gritó entre risas:
—¡Si no vamos a conocer al director, me iré a casa!
—¡Espera! —Clarar se precipitó hacia él. Ella había esperado demasiado tiempo para tener la oportunidad de la reunión por lo que no podía perderla. Al pensar en la sonrisa de Lucio, sintió que su corazón se aceleraba.
¿Cuál era exactamente su relación? No podía explicarlo.
Antes se ponía enferma, así que rara vez iba a la escuela. Sabía poco de los chicos. No conocía el sentimiento de enamorarse de alguien.
Además, ¿su cuerpo estaría siempre sano?
No lo sabía, por eso tenía miedo de amar a alguien.
Cuanto más estrecha era su relación, más sabía cuánto había cambiado Lucio por ella. Cada vez que la consideraba como su especial, Clara se perdía por un momento. Nunca imaginó que la superestrella que estaba tan lejos de ella sería realmente amable con ella.
Y si, después de que ella le diera su corazón, él se limitó a agitar la mano diciendo que era una broma.
Así que trató de hacerse la tonta.
Mientras ella no admitiera y respondiera, su relación no cambiaría.
¿Cómo podía desagradarle? Era un hombre tan guapo que aparecía delante de ella todos los días y la cuidaba todo el tiempo. Ella sería un pedazo de madera si no sintiera nada por él.
Sentada en el coche, Clara estaba inmersa en sus propios pensamientos con la cabeza baja.copy right hot novel pub