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Matrimonio de primera

Capítulo 60: Venganza contra ella

Yadira siempre recordaba preparar la comida para Fidelio, y después de todo, eso era lo que le prometió.

Pero desde cuando entraron al centro comercial, le invitaban ver esto y probar el otro.

Cuando anocheció afuera, Yadira coloreó -¡Qué cansancio! Vamos a buscar un lugar para descansar. -

Entonces, buscaron un lugar para tomar bebidas.

Yadira no podía ver dos llamadas desconectadas de Fidelio hasta que sacó el teléfono.

Consideraba que en general la paciencia de esta persona Fidelio debería ser muy mala, pero era increíble para ella de las dos llamadas e incluso podía imaginar que después de la segunda llamada, debería enojarse mucho pero sin decir nada.

Se levantó -Perdón, pero tengo algo que hacer y debo regresar a casa primero. Hoy muchas gracias a ustedes. El otro día les invitaré. -

Al salir del mercado, andaba hacia la parada de autobús y llamó a Fidelio.

Después de algunos timbres, el teléfono fue contestado.

-¿Dónde estás? -

Originalmente la voz de Fidelio era baja y profunda. Pero cuando tenía mal humor, su voz se volverá naturalmente un poco nebulosa en los oídos de otras personas.

Yadira sintió que su cuello estaba un poco frío.

Extendió la mano tocándose el cuello y dijo -Todavía estoy en el exterior, pero regresaré pronto. Si tienes hambre, puedes buscar algo para comer primero. -

Repitió de nuevo, -Estoy preguntándote dónde estás. -

La impaciencia y la ira en el tono ya no se ocultaban.

Yadira volvió la cabeza para echar una mirada y luego le dijo el nombre del mercado a Fidelio.

Desde la última vez que Fidelio tiró esa tarjeta negra que parecía muy lujosa frente a ella, nunca se atrevía a molestar al señor rico casualmente.

Yadira se dio la vuelta y caminó hasta la puerta del centro comercial para esperar a Fidelio.

No esperaba mucho en la puerta del centro y encontró el coche de Fidelio.

Cuando quería ir cerca, oyó que alguien le estaba llamando -Yadira, ¿aún no te vas? -

Volvió la cabeza rígidamente y vio que las personas detrás de ella eran las colegas que les acompañaban a pasear.

-Sí, todavía estoy...-

Todavía no terminó las siguientes palabras pero fueron interrumpidas por Fidelio.

-Yadira, sube. - Delfino condujo el carro hasta su lado y lo paró, bajó la ventana y la miró con un gesto impasible.

Esos compañeras mostraron una expresión de asombro sin haberse concertadas...copy right hot novel pub

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