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Matrimonio de primera

Capítulo 24: Divorciarte de Delfino

En el restaurante.

Perla puso su bolso sobre la mesa y miró arrogantemente a Yadira con la barbilla levantada - Si tienes algo que decir, dímelo rápido, que luego tengo una cita con Severo.-

Dijo mientras miraba su mano y admiraba sus uñas recién hechas.

Fingió dar una mirada involuntaria al otro lado de la habitación para así echar un vistazo a Yadira, su atuendo realmente no había cambiado en en todos estos años, sencilla y larga chaqueta de algodón, piel cetrina y gafas de montura negra, era fea hasta el punto de dar asco.

“Una mujer así, ¿y presume de robarle un hombre? Sólo los tontos de Internet querrían creer que eso era cierto.”

Los ojos de Yadira bajaron mientras sostenía su vaso de agua, sus manos se frotaban con impotencia contra la pared del vaso cristal, pero sus ojos vislumbraron a un hombre vestido de forma sencilla que tomaba asiento en la mesa detrás de ella.

Sin moverse, envió el mensaje de texto que había editado hacía un tiempo: puedes empezar.

Yadira utilizó una serie de movimientos con extremo cuidado, para que Perla no se diera cuenta.

Yadira miró a Perla con atención y murmuró -Me he disculpado en Twitter, por favor, no avergüences a mi madre -

Ella frunció el ceño, con el aspecto más perverso que siempre.

Perla hizo una mueca muy despectiva, sabía que Yadira se había criado como una tonta, cómo podría volverse inteligente de la noche a la mañana.

-Está bien, puedo prescindir de tu madre, sólo tengo un requisito - Perla la rodeó con sus brazos, y en su rostro se dibujó una sonrisa plena.

-¿Qué… qué condición? -Yadira se sentía a la vez eufórica y aprensiva.

-Idiota, no sé por qué te preocupas tanto por Salia, si nunca te ha tratado como su hija -

La mano de Yadira en su regazo se tensó gradualmente, y ahora estaba pálida hablando con algo de amargura

-No importa, ella es mi madre, y aunque tuviera que hacerlo todo de nuevo, sabiendo que ella vendría a rogarme que me casara con Delfino, por tu bien, diría que sí igualmente -

A Perla no le gustaba el aspecto débil e incompetente de Yadira, odiaba a su hermana menor desdeque era niña, ya que Yadira era mucho mejor que ella en los estudios y mucho más guapa.

Después de que Yadira se volviera repentinamente estúpida y fea, odiaba aún más a esta nueva hermana menor. Perla se sentía muy humillada de que Yadira fuese su hermana, pero afortunadamente ella era obediente como una perro y podía cumplir todas sus órdenes.

Perla enganchó sus labios en un tono suave, pero vicioso -Eres tan pu-ta como tu madre -

Los ojos de Yadira brillaron con burla, Salia había estado casada con Henrico durante más de veinte años y se había portado bien con Perla, entregándole su corazón y alma, pero al final, Perla no sólo no apreciaba el amor de Salia, sino que le llamó puta.

-Puedes insultarme todo lo que quieras, pero, por favor, no digas eso de mi madre, ella fue genuinamente amable contigo -Yadira fingió estar triste y le susurró.

Perla no escuchó a Yadira, la miró y le gritó - ¡Cállate! No tienes que preocuparte por mis asuntos. Ahora, sólo tienes que hacer una sola cosa, divorciarte de Delfino -

- ¿Divorciarme? - Yadira se sorprendió abriendo de par en par los ojos.

Su conmoción era mitad fingida y mitad real.

Sin que Perla tuviera que decirlo explícitamente, Yadira ya había adivinado lo que pretendía.

A la familia Dominguez no le importaba quién se casara con Delfino, pero desde luego no iba a tolerar una humillación así de parte de Yadira, sobre todo porque era una mujer fea y estúpida. Si Yadira pediría el divorcio a Delfino, sería una clara bofetada a la familia Dominguez.

¡La gente de la familia Dominguez nunca la dejará ir!

La idea de Perla era perversa, atraer toda la atención de la familia Dominguez directamente sobre Yadira, y dejar que ellos mismos descarguen su ira sobre ella, de modo que la presencia de Perla en el corazón de la gente de los Dominguez se redujera al mínimo, y ella pudiera vivir con Severo sin ninguna presión.

Perla fingió que se llevaba el pelo a la oreja sin pensarlo, mostrando un poco de rojo en su pálido cuello, -No le daré un disgusto a Salia mientras hagas esto -

Aunque Yadira nunca había tenido una relación, sabía lo que significa esa huella. La huella roja en el cuello de Perla era claramente la marca de un beso.copy right hot novel pub

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