Yadira no sabía en qué estaba pensando Delfino, pero su expresión era algo sombría, como si estuviera dudando.
Yadira recordó que Juana seguía en casa y que Delfino seguía desaparecido en la superficie. Nunca había aparecido porque no quería que nadie conociera su paradero.
Pensando en esto, miró a Delfino y le dijo:
—Ya sabes dónde vivo. Puedes venir en media hora. Si no vienes... Es por tu cuenta.
A continuación, pulsó el botón para cerrar el ascensor. La puerta del ascensor se cerró lentamente. Yadira se apoyó en la pared y se quedó un poco despistada.
Desde que adivinó que Delfino podría no estar en peligro, pensó que Delfino podría venir a buscarla tarde o temprano.
Al ver a Delfino de nuevo, se llenó de sentimientos complicados. Después de experimentar tantas cosas, era difícil decir lo que pensaba de Delfino en su corazón.
Si lo amaba o lo odiaba, no lo sabía. Yadira sólo quería que estas cosas pasaran rápidamente y volver a su vida normal.
Algunas cosas que no podían responderse sólo podían dejarse en manos del tiempo. El tiempo era el más sabio en la toma de decisiones y daba las respuestas más correctas a todos los problemas.
Cuando llegó a la planta, la puerta del ascensor se abrió automáticamente.
Yadira salió del ascensor y se tranquilizó antes de dirigirse a su puerta.copy right hot novel pub