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Matrimonio de primera

Capítulo 871: Notificaciones de mensajes

Cuando Xulio escuchó esto, se quedó atónito, luego sonrió y asintió antes de irse.

Yadira volvió al salón y fue a despertar a Raquel. Raquel siempre comía regularmente, y era la hora del almuerzo

Así que, en el momento en que Yadira despertó a Raquel, ésta se levantó enseguida. Raquel tenía la cara sonrojada y el flequillo en la frente hecho un lío. Raquel estaba aturdida cuando se despertó, con un aspecto tan bonito.

Antes de que Yadira pudiera decir nada, Raquel dijo en voz baja:

—He soñado con papá

—¿Es así? —Yadira hizo una pausa— ¿Qué te dijo?

Con eso, Yadira vistió a Raquel y pareció despreocupada.

Raquel fue obediente cuando Yadira la vistió. Raquel ladeó la cabeza y recordó seriamente su sueño.

Yadira vistió a Raquel y la miró expectante. Pero Raquel pensó durante un largo tiempo antes de fruncir el ceño y decir:

—Lo olvidé.

Raquel tenía una cara de goma y le gustaba fruncir el ceño cuando estaba molesta. Cuando Raquel fruncía el ceño, sus cejas estaban inclinadas como las de un anciano.

Yadira se rió:

—Vamos a comer. ¿Tienes hambre?

—¡Sí! Tengo hambre —Raquel asintió con fuerza.

Yadira pidió a Raquel que se levantara de la cama y se pusiera los zapatos, antes de sacar a Raquel del salón.

En cuanto Raquel salió, vio la comida en la mesa.

Raquel no pudo esperar a correr y exclamar con exageración:

—Vaya, hay tanta comida deliciosa.

Raquel se volvió para mirar a Yadira, con los ojos brillando. Parecía que Raquel tenía mucha hambre.

Yadira caminó rápidamente y colocó los platos en la mesa del comedor uno por uno. Raquel ayudó a Yadira a desempacar las cajas, pero le costó mucho esfuerzo hacerlo.

Para evitar que la comida se derramara, la tapa de la caja se diseñó para que encajara perfectamente.

A Yadira le preocupaba que Raquel se esforzara tanto que su mano pudiera cortarse con la tapa de la caja, así que detuvo a Raquel y le dijo: —Déjame abrirla.

—Puedo descubrirlo —Raquel frunció los labios, se esforzó y frunció el ceño.

Entonces Raquel abrió la fiambrera.

Raquel sonrió feliz y le entregó la tapa de la caja a Yadira:

—Mamá, mira, puedo abrirla.copy right hot novel pub

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