El pequeño se paro en puntitas para poder besarlo, un beso tan tierno, tan corto, que daba permiso para seguir. Hizo una tierna sonrisa.
-¿Crees que he olvidado lo que estabas haciendo?-Dijo el pelicastaño
-No pretendo que lo hagas, estuvo mal... pero entonces... ¿Por qué se te paro?-
Acerco las caderas del pequeño aún más a él.
-Eres el causante de eso, esa posición tuya, tu piel, tus ojos, tu boca-
-Edward-
-¿Edward?-Dijo Yael con una sonrisa de confusión
-¿De verdad por mi estas así?-Dijo el pequeño
-¿A que te refieres?-
-Bueno, sé que yo puedo causar el deseo en ti, pero... ¿Por qué justamente cuando esta ese “Idiota” Como tú le dices?-
-No me des rodeos-
-Solo quisiera preguntar... ¿Estas celoso por mi... o por él?-
Yael tomo con fuerza al pequeño, pero sin llegar a lastimarlo, lo arrojo a la cama y se puso encima de él.
-¿Sabes como provocarme verdad?-Dijo el pelicastaño
Un toque en la puerta los interrumpió.
-Lo hizo-Dijo el pequeño
-¿Qué?-
-Dijo que si le colgaba vendría-
Ahora no solo era un pequeño toque, ahora golpeaban la puerta.
-Tienes que abrir-Dijo el pequeño
-Que se pudra-
-¿Por qué lo ocultas?-
-¿Ocultar que?-
-Yo abriré...-Dijo el pequeño
Se escabullo de la cama y fue hacia la puerta, la abrió y vio aquellos ojos negros que tanto le gustaban. Estaba seguro que su corazón pertenecía a esa persona, que con su solo mirar hacia que se calmara. Pero su mente le decía que debía estar con Yael.
Aunque.copy right hot novel pub