—¿Qué fue lo que hizo el niño?

—Se comió el corazón de su madre, la loba que yacía en el piso tenía un gran agujero en el pecho, mientras se transformaba poco a poco en humana. La matriarca le pregunto porque lo hizo, que ella era su madre y estaba prohibido comerse a su misma especie. Y él solo respondió que ella solo era una portadora para traer a los que eran como él al mundo, solo una elegida y que su corazón le daría el poder que necesitaba. Que solo las mujeres que fueran lobas blancas podrían ser portadoras de su esencia. Y que era su naturaleza comerse su corazón. La matriarca no se inmuto, solo miraba la escena y la mirada de aquel lobo que le producía escalofríos. Ella conto que este paso por su lado y no le hizo nada, ella volteo a verlo y lo último que vio de él eran sus patas traseras perderse por el denso bosque.

—¿Cómo un cachorro pudo acabar con la vida de una loba adulta?

—Porque él no es un lobo normal señor Dallas, es diferente poderoso y malvado. A estas alturas debe ser un hombre mayor, pero no tanto.

—Imposible que siendo tan pequeño pudiera sobrevivir.

—Él no era pequeño, ya era adulto y muy inteligente. Ese es nuestro enemigo.

—Esa es la razón de que tu padre siempre te ha mantenido oculta de todos.

—El temía que ese hombre viniera por mí.

—Y con muchas razones. ¿Qué hizo luego la matriarca?

—Enterró a la loba. Y regreso a la aldea y le conto todo a mi padre. Desde luego él se mostró escéptico pero con el pasar de los años comenzaron aparecer estos animales salvajes atacando a su misma especie, sobre todo a los de nuestra raza solo dejando a las mujeres vivas. Desde allí mi padre empezó a pensar que la historia era cierta e indujo que ese hombre estaba creando todo este caos.

Marcus miraba a su Beta para buscar alguna respuesta, pero este estaba más sorprendido que el mismo. La historia era tan irreal, pero con tanto sentido. Pero si era así, que el líder de esos lobos era un humano porque no lo podían oler. “Claro el olor” la matriarca había dicho que tenía un olor particular.

—La matriarca alguna vez menciono como era el olor de ese niño.

—Decía que olía a muerte.

—Eso es muy difícil de rastrear, ese olor esta por todos lados.

—Ya se lo dije, es un tipo astuto. No se dejara atrapar así como así.

—¡Pero lo haremos!

—Eso espero…

Continuaron caminando en silencio, el viaje era largo y muy cansado. Algunos niños comenzaban a quejarse. Y las pocas mujeres embarazadas retrasaban el paso. Tendrían que hacer una pausa para descansar, así no llegarían nunca.copy right hot novel pub