Continuar con vida, mientras continuaba siendo abusada física y mentalmente por Daren era una tortura. Y ahora teniendo el recuerdo de su hermana muerta en el suelo de la cocina era aun peor el dolor. Descubrir que su padre no era su verdadero padre, y que el mismo asesino a su hermana, era demasiado para su frágil vida.
Decidida se levanto de la cama, la habían sedado cuando le metieron en el coche de Daren ya que no quería cooperar para entrar en este. Aun sentía algo de los efectos de este en su organismo. Pero como pudo se levanto y camino hacia el baño. Registró todo, pero no había nada con lo que pudiera atentar contra su vida. El maldito de Daren se aseguro de que no hubiera nada peligroso en la habitación.
Miro el espejo de baño por un largo rato, mirando su retrato, maltratado, golpeado y amoratado. Sus ojos habían perdido ese brillo y la inocencia que antes poseía. La Shery de antes estaba muerta. La rabia la impulso a darle un puñetazo al cristal logrando que este se rompiera en varios pedazos sobre el lavado. Tomo uno lo suficientemente grande y lo acerco a su muñeca visiblemente roja e irritada. Solo seria unos minutos, y luego reinaría paz en su alma. Sonrió, porque pronto se reuniría con su hermana.
(...)
Daren, junto con algunos de sus hombres llevaban arrastrando a Steven. Quien se quejaba cada dos por tres, suplicando por su vida. Pidiéndole piedad a Daren que haría lo que fuera pero que no lo matara. Por su parte, este no le prestaba atención. Ya tenía decidido qué hacer con él. Dijera lo que dijera, su vida tenia los minutos contados.
Sus hombres como siempre, habían dejado a sus víctimas en un claro despejado de arboles. Nunca hacían preguntas, solo cumplían las ordenes de su jefe. Daren los despacho y se quedo a solas con Steven.
—Daren, escucha. Lo de Eve fue un error, ella… Estaba loca, se lanzo encima de mí con ese cuchillo y yo solo me defendí.
—Pretendías abusar de ella. Tu sucio olor estaba impregnado en su cuerpo.
—No, no es así… Ella… Llego como loca buscando a su hermana y yo.
—¡CALLATE!
Lo tomo por el cuello de su camisa y continuo arrastrando su cuerpo por la tierra como si no pesara absolutamente nada. Avanzaron un rato largo hasta llegar al lugar donde sus chicos solían alimentarse.
Steven miro el lugar lúgubre, lleno de huesos, rastros de ropa, cabellos, uno que otro zapato desperdigado. Comenzó a sudar, las gotas de sudor corrían por su espalda como una catarata. Tenía miedo, estaba asustado de lo que pensaba hacerle el hombre que estaba a su lado.
—Aquí cumplirás tu castigo Steven.
—¿Qué? No espera…
—No vales la pena en tenerte como mi esclavo.copy right hot novel pub